Los 10 peores trabajos que se ofrecían en el mercado laboral a principios del siglo XX
Cada persona a veces piensa que tiene el peor trabajo del planeta. Pero cualquier trabajo moderno no es rival para algunos de los trabajos de principios del siglo XX. En ese entonces no había pago de horas extras y la gente a menudo trabajaba 12 horas al día, seis días a la semana. El salario apenas alcanzaba para la comida. No había seguro médico, ni licencia por enfermedad, y nadie se preocupaba por la seguridad de los trabajadores. En nuestra revisión, las peores vacantes en el mercado laboral.
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1 colector de orina de caballo
En la década de 1930, un establecimiento médico canadiense necesitaba la orina de caballos preñados para extraerle estrógeno. En ese momento, el estrógeno se usaba para aliviar los síntomas de la menopausia. En las granjas de Canadá, se ha comenzado a contratar a personas especiales para recolectar orina de caballo para la venta. Cuando la yegua dio señales de querer orinar, un recolector de meados ya corría hacia ella con un balde. Con la invención del estrógeno sintético, estos colectores ya no fueron necesarios.
2. Guardián de túneles
En la década de 1900, la mayoría de las mercancías se transportaban en tren. Naturalmente, las empresas querían estar seguras de la seguridad de su carga, por lo que contrataron a miles de personas para asegurarse de que las vías del tren estuvieran intactas. Existía incluso el puesto de vigilante del túnel, que antes de la llegada de cada tren al túnel debía comprobar las vías del mismo y liberarlas de escombros y obstáculos. Tales vigilantes vivían cerca de los túneles en pequeñas chozas.
3. Excavador de canales
Aunque los franceses comenzaron a construir el Canal de Panamá en el siglo XIX, en 1902 (bajo la presidencia de Theodore Roosevelt) la construcción se entregó a los Estados Unidos. Los principales motivos de esta negativa de los servicios de Francia fueron graves problemas técnicos y un gran número de constructores que fallecieron a causa de diversas enfermedades. Más de 20.000 trabajadores murieron durante la construcción del canal por parte de los franceses. Cuando los estadounidenses terminaron el canal, murieron otras 5.600 personas. Armados únicamente con palas, los hombres excavaron el canal en condiciones deplorables. La malaria y la fiebre amarilla también cobraron muchas vidas durante la construcción del Canal de Panamá.
4. Tope de carro
En las regiones donde se extraía carbón, solía haber un puesto de "tapón de tranvía", que generalmente era contratado por muchachos rápidos y ágiles. Estos muchachos llevaban consigo de 20 a 30 piezas largas de madera llamadas "rodillos de presión". Corrieron junto a los carros cargados mientras rodaban colina abajo. Para evitar que los carros aceleren demasiado y no se salgan de las vías, los chicos “tapones” colocan periódicamente palos en sus ruedas. Tal trabajo era muy peligroso, los accidentes eran frecuentes.
5. El bailarín Gandhi
Los bailarines de Gandhi hicieron un trabajo agotador. Estas personas eran los inmigrantes más pobres de Irlanda, Italia, China, México y afroamericanos. Las compañías ferroviarias contrataban a los "bailarines" y sus deberes incluían levantar las vías del tren con postes de metal y compactar la grava debajo de ellas. Trabajaban en equipos de cuatro o más, y cada equipo servía unos 24 kilómetros de vía férrea. Todavía se desconoce el origen de este nombre. En 1950, finalmente se inventaron las máquinas de reparación de ferrocarriles y ya no se necesitaban bailarines de Gandhi.
6. Martillo de fuego
Los martillos de fuego eran otro gran trabajo ofrecido por las compañías ferroviarias. Después de la finalización del viaje, el tren se estacionó en el depósito ferroviario. Los martillos de fuego limpiaron el motor de hollín y lo enfriaron con agua. Este trabajo puede parecer simple, pero no cumplía con ningún estándar de seguridad. Muy a menudo, los trabajadores sufrieron lesiones en las extremidades o incluso murieron.
7. Chico butoboy
La vida dentro de las minas de carbón era insoportable no solo para los mineros, sino también para los muchachos que trabajaban como butoboys. Para el puesto de butoboys - clasificadores de minerales - se contrató a niños de 8 a 12 años, que fueron obligados a trabajar, encorvados sobre las canaletas, durante 12 a 14 horas todos los días. Clasificó el carbón y el esquisto que venían de la mina. Estos jóvenes estaban completamente cubiertos de polvo negro, que también llenaba sus pulmones. Fuentes históricas dicen que con cada exhalación, una nube de polvo salía de su nariz. También hubo cortes regulares, raspaduras y huesos rotos. A veces, los muchachos caían en las cunetas, donde eran masticados por la maquinaria.
8 Guardián del faro
Trabajar en un faro no era tan peligroso como trabajar en una mina de carbón o en un ferrocarril. Pero antes, cuando no había reflectores eléctricos, los guardianes se veían obligados a vivir siempre en el faro. La jornada laboral comenzaba antes del anochecer, el cuidador debía revisar la lámpara, llenarla y encenderla. Y durante toda la noche se vio obligado a asegurarse de que la lámpara no se apagara. Al amanecer, se apagó la lámpara y se limpió a fondo todo el equipo. Además de los deberes nocturnos, el cuidador y su familia eran responsables del mantenimiento del faro. Su trabajo ha sido descrito como solitario e increíblemente aburrido.
SourcePhoto 9Repartidor de carro de mina de cobre
En lo profundo de las minas de cobre, los repartidores de carretas las llenaban con mineral de cobre con palas y luego las hacían rodar hasta la salida... con sus propias manos. Era un trabajo realmente duro, asociado con cargas salvajes y un riesgo constante para la salud.
10. Carpeta
A principios del siglo XX, las mujeres trabajaban tan duro como los hombres. Se contrataron encuadernadores para trabajar en las prensas que unían las páginas de los libros. Al principio cosían las páginas a mano. Pero luego vino el equipo, y ese trabajo se hizo un poco más fácil. Pero los dedos de las grapadoras a menudo caían bajo la presión y las lesiones se volvieron comunes. Pagaban por ese trabajo $ 15 por una semana laboral de 48 horas.