Un multimillonario de Silicon Valley será asesinado y su cerebro será cargado en una computadora, y él pagará por ello

El empresario Sam Altman es una de las 25 personas que se inscribieron en el procedimiento proporcionado por Nectome, una startup cuyo equipo afirma que puede descargar el contenido del cerebro humano en una computadora, preservándolo para siempre.

Para realizar el procedimiento, es necesario pasar por un proceso similar a la eutanasia voluntaria, es decir, realizar una inyección letal, que hoy es legal solo en cinco estados de América.

Fuente: Fortune

Sam Altman es uno de los nativos de Silicon Valley más reconocidos y el fundador de la incubadora de startups Y Combinator, que invierte en startups como Nectome.

Es de destacar que la startup aún no cuenta con la tecnología necesaria para el objetivo final de toda la empresa: digitalizar el contenido del cerebro y su estructura, su posterior almacenamiento en una computadora y, como resultado, su vida eterna, aunque de una forma poco convencional.

Por hoy, la esencia de la propuesta es solo embalsamar el cerebro con una sustancia especial que garantice su seguridad y lo preserve hasta que se disponga de una tecnología con la que el contenido del cerebro se pueda traducir a formato digital.

Los fundadores de la startup son Robert McIntyre y Michael Kakkanna

Los fundadores de Nectome advierten que su procedimiento es "100% fatal."

Para mantener el cerebro en la forma correcta, en el momento del procedimiento, sus tejidos y células, en general, toda la materia, deben permanecer intactos, por lo que el embalsamamiento debe llevarse a cabo en un cerebro vivo.

Para hacer esto, cualquier persona que quiera dar este paso debe conectarse viva al equipo y luego inyectarse una solución que embalsame el cerebro.

Robert McIntyre

El sitio web de la compañía dice que su misión es "mantener intactos sus recuerdos: comenzando con las líneas más memorables de su libro favorito y terminando con una cena con amigos cercanos."

Nectoma

Este tipo de esfuerzo tiene muchas críticas. Por ejemplo, un neurocientífico de la Universidad McGill en 2015 hizo una fuerte crítica, no solo señalando la charlatanería de muchas compañías que ofrecen servicios en el campo de la criónica, sino también tocando el lado ético del tema.

Michael Hendricks