Amor joven: la cultura del striptease y el dancehall en Jamaica

Cuando el fotógrafo Ivar Vigan decidió capturar la cultura del striptease en Jamaica, no quería tomar imágenes estereotipadas voyeuristas de mujeres objetivadas. En cambio, decidió trabajar con el tema de manera un poco diferente. Su proyecto fotográfico, que se llamó Young Love, combina fotografías de la cultura dancehall jamaicana (el dancehall es una especie de baile callejero social con pronunciados matices sexuales. — Eréctil.) y striptease, que se hacen eco el uno del otro. La mayoría de las personas en las fotos son amigos cercanos del fotógrafo, a quien conoció cuando se mudó a la isla.

(10 fotos en total)

Fuente: The Independent

"Tengo una larga relación con este país", dice Vigan. Es originario de Escocia, pero ha estado viajando por Jamaica durante dos años. "Tomo fotos donde sea que esté, por lo que sale de una manera muy natural. La cultura callejera jamaicana y la cultura dancehall contienen un poderoso cóctel de ideas transitorias. Adoro las culturas jóvenes en transición. Me encantan", dice el fotógrafo.

"En las comunidades de guetos, la sexualidad no es un tema tabú. Ella es abordada constantemente. La danza sexualizada es una parte importante de la cultura juvenil, por lo que la música se llama "dancehall". Hay concursos para el título de reina del dancehall, durante los cuales las chicas compiten por dinero, representando movimientos sexuales grotescos. A menudo, los llamados diseñadores de moda vienen a bailar en fiestas de baile. Estas son chicas locales a las que se les permite ir a la fiesta gratis si están en bikini."

"Debido a que el baile es tan explícito, la línea entre las strippers y el resto es muy delgada. Recientemente fui a dos fiestas en las que las chicas estaban en topless o con blusas de malla transparentes, por lo que el paso de estar en fiestas por diversión a ganar dinero es muy corto."

"Hay clubes de striptease en todas las ciudades de Jamaica, y dentro de la cultura musical y de entretenimiento del dancehall, este es, por supuesto, un ambiente familiar en el que puedes unirte y socializar", explica el fotógrafo.

Vigan apuntó su lente al centro de esta vibrante cultura. Decidió no alquilar clubes de lujo con bailarines extranjeros, que están dirigidos a empresarios y turistas. "Estos no me interesan realmente, y no he estado en ellos. Paso tiempo con amigos en las zonas céntricas de la ciudad, porque fue la cultura dancehall local la que me trajo aquí."

Según el autor del proyecto fotográfico, la reacción a una serie de imágenes que representan a personas comunes y relajadas en casa y en compañía de amigos resultó ser positiva. "Muestro mis fotos a la gente de aquí todos los días, y les gusta mucho. Ninguna de las personas que fotografié se ha publicado antes, por lo que todos están encantados. Es difícil para la mayoría de los jamaicanos obtener una visa, es posible que nunca tengan la oportunidad de viajar. No existen tales barreras para las fotos, por lo que este proyecto fotográfico es una oportunidad para hacer una declaración para aquellos que de otro modo el mundo nunca habría visto", dice el fotógrafo.

Pero a pesar de las buenas intenciones del fotógrafo, el destino de las trabajadoras sexuales en Jamaica puede ser muy difícil. La Coalición por los Derechos de las Trabajadoras Sexuales de Jamaica es una organización que lucha contra la injusticia en muchos frentes, incluida la despenalización de esta esfera, la lucha contra la esclavitud sexual y la violencia por parte de los clientes y la policía, y la lucha contra el desplazamiento social y económico. Y aunque generalmente se considera normal participar en striptease dentro de la comunidad juvenil de amantes del dancehall, es inaceptable para los amplios círculos públicos.

"La clase media jamaicana depende en gran medida de la tradición y contiene muchos elementos de la fe cristiana. Hay más iglesias por milla cuadrada aquí que en cualquier otro país del mundo", dice el fotógrafo, lo que sugiere que sus feligreses no están tan tranquilos al trabajar en el campo de los servicios sexuales.

Él mismo no considera el striptease como algo inmoral. ¿Pero no le parecía que las mujeres que fotografiaba estaban siendo explotadas o estaban siendo persuadidas para hacer striptease?

"En absoluto. He trabajado con bailarines en los Estados Unidos y Jamaica en mis dos proyectos anteriores y me he encontrado con cientos de strippers. Nunca he conocido a nadie que diga que la están obligando a hacer esto. Muchas personas lo disfrutan y consideran que su ocupación es inspiradora, mientras que otras no lo hacen y estarían más felices de sentarse en casa y ver la televisión. Pero todas las chicas que he conocido lo han hecho por elección."