Saquen sus pañuelos, esta historia restaurará su fe en la humanidad

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Hay muchos ejemplos de la decencia de las personas, pero hay casos que se pueden llamar especiales. Un simple taxista que vino a Moscú para ganar dinero, impresionó a los internautas hasta el fondo de su alma con su acto ingenuo, pero muy correcto. Si crees que han fallecido personas buenas y sinceras, entonces estamos listos para consolarte: este mundo aún no está completamente perdido.

Saquen sus pañuelos, esta historia restaurará su fe en la humanidad

La moscovita Varvara Bortsova llegó en un vuelo temprano a la capital y tomó un taxi desde el aeropuerto hasta su casa a las 5 en punto. Al llegar a su casa, la niña, cansada del largo viaje, se fue inmediatamente a la cama. Solo cuando Varya se despertó notó la ausencia de una billetera, en la que, además de una cantidad sustancial de efectivo, estaban todas sus tarjetas bancarias.

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Despidiéndose mentalmente de sus ahorros, la niña todavía trató de encontrar el automóvil que la trajo a través del despachador de la compañía de taxis, pero no pudieron ayudarla.

Así es como Bortsova describió sus experiencias en las redes sociales. Pero el padre de Varvara notó accidentalmente que un taxi estaba estacionado en el patio de su casa durante mucho tiempo, y un conductor caminaba cerca de él. Resultó ser un taxista que, después de que el pasajero salió del automóvil, encontró su billetera.

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Según lo requerido por las instrucciones y, por supuesto, la decencia básica, establecida desde la infancia, el hombre informó el hallazgo al centro de llamadas de su compañía y pidió encontrar información sobre el pasajero. Desafortunadamente, los datos sobre el viaje no se conservaron y no fue posible encontrar al propietario de la cosa perdida de la manera estándar.

Al no ver otra salida, el taxista regresó a la casa de Varya y esperó su aparición en la entrada durante más de 8 horas. El conductor, por cierto, no se quedó de brazos cruzados e intentó averiguar el número del apartamento de la niña a sus compañeros de casa, aunque sin éxito. Cuando Varvara finalmente salió al auto, el conductor la saludó con la frase "¿ Cuánto tiempo puedes dormir? ¡Tengo frío!"y empezó a llorar.

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La culpable del largo tiempo de inactividad del automóvil también derramó una lágrima, ya que esperaba cualquier cosa menos tanta nobleza por parte de un simple taxista que venía del lejano Asia Central. El acto del hombre fue recompensado: Varvara le dio una cantidad 5 veces mayor que el costo de su viaje a casa desde el aeropuerto.

Palabras clave: Dinero | Moscú | Lágrimas | Taxi

     

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