¿Por qué no podemos dormir sin una manta, incluso en una noche calurosa?

Te encuentras dando vueltas por la noche y lo único que te ayuda es tu manta. Parecen tener poderes mágicos y nos dormimos más rápido. Incluso las noches calurosas no están completas sin una manta. Hay varias razones por las que estamos tan apegados a ellos, y una vez que sabes por qué, todo tiene sentido.

Descubrimos por qué usamos nuestras mantas y ahora lo estamos compartiendo con todos ustedes.

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¿Por qué no podemos dormir sin una manta, incluso en una noche calurosa?

1. Regula nuestra temperatura corporal.

Somos criaturas de sangre caliente, lo que significa que nuestro cuerpo regula su temperatura interna y esto es lo que nos ayuda a mantenernos calientes. Sin embargo, cuando estamos en un sueño profundo, todo nuestro control desaparece. Pero las mantas ayudan a nuestro cuerpo a regular y mantener la temperatura que necesitamos.

¿Por qué no podemos dormir sin una manta, incluso en una noche calurosa?

2. Las mantas son una parte esencial de nuestra rutina para dormir.

También somos "criaturas de hábitos" y esto tiene un gran impacto en por qué necesitamos nuestras mantas. Aunque no se trate de sentirnos seguros, llevamos toda la vida usando mantas. Por eso, cuando nos acostamos y nos tapamos con una manta, nuestro cuerpo recibe una señal de que es hora de dormir.

¿Por qué no podemos dormir sin una manta, incluso en una noche calurosa?

3. Las mantas reducen el estrés y la ansiedad.

La serotonina es una de las sustancias químicas que nos hacen sentir bien y que juegan un papel importante para mantenernos felices y tranquilos. Cuando estamos en un estado de estrés y ansiedad, es difícil conciliar el sueño. Sin embargo, tan pronto como nos cubrimos con una manta, la cantidad de este químico aumenta y estos sentimientos comienzan a desaparecer.

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4. Las mantas nos ayudan a dormir.

Las mantas crean un microclima: una barrera en la que la temperatura no cambia mucho. Esto calienta nuestra piel y los factores ambientales que refrescan nuestro cuerpo no nos afectan tanto. Así, nos dormimos más rápido.

¿Por qué no podemos dormir sin una manta, incluso en una noche calurosa?

5. Nos sentimos protegidos y seguros.

Las mantas evocan una sensación de seguridad porque el miedo más común que teníamos cuando éramos niños era el miedo a la oscuridad. Entonces, cuando comenzó este sentimiento, nos metimos debajo de las sábanas. Fue nuestra escapada mágica la que combatió nuestro miedo y nos hizo sentir seguros. Esta sensación de seguridad permanece con nosotros hoy cuando estamos bajo las sábanas.

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