Los ganadores del concurso moldavo "Familia sobria" recibieron un premio y... finalmente me emborraché
Moldavia soleada... Una tierra de vinos increíbles y anfitriones demasiado hospitalarios. En los pueblos de los viticultores, la sobriedad es un lujo sin precedentes, y los experimentos con un estilo de vida saludable se fomentan financieramente. Esto es exactamente lo que sucedió en el pueblo de Pukhoy, donde el jefe de la administración local, Pyotr Frunze, abstemio, filántropo y atleta, decidió participar en una batalla desigual con la "serpiente verde".
El funcionario prometió un bono en efectivo de 1.000 lei (casi 4.000 rublos) a cada residente de la aldea que pueda sobrevivir sin alcohol durante seis meses. Para la aldea moldava, donde la mayoría de los residentes no tienen un trabajo permanente, tal competencia es una atracción de generosidad inaudita, por lo que muchos solicitantes decidieron competir por el Gran Premio. De la masa de solicitantes, se seleccionaron 20 de los concursantes más prometedores, que de inmediato comenzaron a realizar una búsqueda difícil y prolongada. Una de las condiciones de la competición era el control absoluto por parte de los organizadores. El cheque podría descender a la casa de los participantes en cualquier momento del día. Es por eso que la mayoría de los luchadores por la sobriedad abandonaron la carrera muy rápidamente, y algunos de ellos el día de la salida. En un mes, las filas de los participantes se habían reducido a la mitad. Algunos de ellos fueron sorprendidos "calientes" durante un control repentino, otros fueron entregados por vecinos envidiosos. También hubo quienes acudieron al alcalde de Frunze y se negaron a seguir participando por razones de salud.Residentes de la aldea moldava de Puhoy-Ion y Svetlana Ungureanu
Una pareja que cría a dos hijos, el mayor de los cuales está en tercer grado, incluso recibió una bonificación después de llegar a la meta: consiguieron un trabajo. Ion se dedicó a la mejora de su pueblo natal, y Svetlana se fue a trabajar en el Centro de Madres de Chisinau como niñera. La mujer incluso organizó un viaje a la capital para deshacerse de los problemas con el transporte público y minimizar la comunicación con los ciudadanos que no participan en la acción.
Muchos lugareños hacen vino casero
El jefe de la aldea de Puhoy Pyotr Frunze
El triste desenlace de la historia sigue siendo un resultado negativo, pero indicativo. Es bastante obvio que para que una persona deje de beber y se decida, es necesario su propio deseo y no la estimulación material.
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