Los científicos han descubierto que jurar ayuda a superar el dolor
La mayoría de nosotros, golpeando con un dedo con un martillo o pincharse un dedo con una aguja, comentar la situación con una palabra fuerte. Este fenómeno es absolutamente internacional y funciona en todos los rincones del mundo. A primera vista, jurar en el caso de un daño doméstico es irracional y creemos que simplemente designamos nuestras emociones de esta manera. Pero no es tan simple, y recientemente los científicos han descubierto que maldecir nos ayuda a sobrellevar el dolor.
La publicación científica Frontiers in Psychology informó que psicólogos de la Universidad de Oxford llevaron a cabo un experimento en el que participaron 92 voluntarios. En el curso del experimento, estas personas sumergieron su mano en agua helada y gritaron maldiciones y dos palabras que se les ocurrieron.
Resultó que, cuando los sujetos pronunciaban maldiciones, experimentaban un dolor menos intenso que cuando gritaban solo palabras abstractas que no tenían significado. Como resultado, los psicólogos han llegado a la conclusión de que juramos cuando estamos heridos por una razón, pero con el propósito de anestesia natural.
Los expertos han decidido que jurar libera energía y reduce el dolor. Al mismo tiempo, las palabras ficticias que sonaban como palabrotas, curiosamente, no tenían ningún efecto analgésico. La mente subconsciente de una persona es importante para el verdadero significado de las palabras, y no el hecho de su expresión: las palabras deben ser necesariamente obscenas, de lo contrario no funcionan.
Pero este no es el único beneficio de jurar. Hace un año, expertos estadounidenses investigaron el impacto de jurar en la productividad laboral. Encontraron que un empleado que jura mejor hace frente a las tareas asignadas a él.
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