El fotógrafo austriaco Rainer Ridler lleva más de una década fotografiando clubes swinger y fetichistas en su tierra natal, Tokio y Múnich, fotografiando a los visitantes más curiosos. Según Ridler, le fascinaba la artificialidad de este entorno, que finalmente conduce al efecto contrario y a la creación de situaciones hiperrealistas. "Tomar fotos en lugares donde la gente tiene relaciones sexuales siempre es difícil, me vi obligado a distanciarme del papel de voyeur."