Un estudio ha demostrado que la paternidad reduce el cerebro de un hombre

Neurocientíficos de Estados Unidos y España realizaron un estudio conjunto e hicieron un descubrimiento inesperado. Resulta que en los hombres, después del nacimiento de su primer hijo, las estructuras de la corteza visual y la red del modo pasivo del cerebro cambian. En pocas palabras, el cerebro de los papás jóvenes se vuelve un poco más pequeño y el equilibrio de funciones en él cambia. Estos procesos están asociados con la participación de un hombre en el proceso de cuidado de un niño.

Los materiales del trabajo de los científicos se publicaron en la revista científica Cerebral Cortex, dedicada a los problemas de la neurología. En el estudio participaron 40 hombres de diferentes edades y nacionalidades que se preparaban para ser padres. Se sometieron a un examen de resonancia magnética antes del embarazo de sus parejas, durante y unos meses después del nacimiento del niño. Paralelamente, los científicos observaron a un grupo de 17 hombres que no planeaban convertirse en padres.

Se sabe desde hace tiempo que se producen cambios positivos en el sistema nervioso en las mujeres después del nacimiento de un bebé. Cambian las estructuras del sistema límbico del cerebro, que es responsable de la motivación y la recompensa interna. Los padres también experimentan una reestructuración en la corteza cerebral, que afecta la corteza visual y las áreas asociadas con la red del modo pasivo del cerebro.

Para comprender la escala del daño, vale la pena contar qué es una red de modo pasivo del cerebro. Esta es una red neuronal de partes interactivas del cerebro que funciona cuando una persona está relajada, descansando o inmersa en sus propios pensamientos. Funciona en situaciones en las que no se requiere interacción con el mundo exterior.

Pero también hay buenas noticias para los padres. La parte del cerebro responsable de la visión comienza a funcionar de manera más eficiente. El área asociada con la memoria visual funciona especialmente bien. Los científicos han sugerido que existe una conexión con la necesidad de reconocer a un niño y responder a él más rápido. Por lo tanto, los hombres no deben temer el nacimiento de un niño. Sí, se distraerán un poco, pero serán muy perspicaces.