Tener relaciones sexuales en la Edad Media era muy difícil

Olvídate del romance, de las bellas damas en apuros y de los nobles caballeros con brillante armadura en un caballo blanco. Porque era muy problemático mostrar tu amor, es decir, tener relaciones sexuales, en la Edad Media, a partir del siglo V y terminando con el XV.

Por ejemplo, se consideraba un pecado hacer el amor los domingos, Miércoles, Viernes y sábados. Y también durante el día y sin ropa. Si una mujer tiene su período, está embarazada o amamantando a un bebé, aún más. Lo mismo se aplica al tiempo de Cuaresma, Pascua, otros días festivos de la iglesia y ayunos. De hecho, estaba permitido tener relaciones sexuales si la pareja quería tener un hijo, pero las caricias de la pareja, los besos obscenos, las posiciones "depravadas" estaban prohibidos. Y Dios no permita que alguien se divierta durante el proceso, no-no.

Como se puede imaginar, también era difícil encontrar un lugar aislado para retirarse en aquellos tiempos feudales distantes, a menudo las habitaciones eran estrechas, frías y húmedas. Era aún más conveniente en los campos o en el granero sobre el heno.

Para ayudar a la gente en este difícil asunto, la iglesia tenía un libro o un código de la iglesia sobre los castigos "Penitenciaría", que hablaba sobre el período para la concepción de los niños. De acuerdo con este libro, todas las poses, excepto "misioneras", se consideraban un pecado y estaban prohibidas.

El sexo oral y anal y la masturbación también estaban bajo la prohibición más estricta: este tipo de contactos no conducían al nacimiento de niños, lo que, según los puristas, era la única razón para hacer el amor. Los infractores fueron severamente castigados: tres años de arrepentimiento y servicio a la iglesia por sexo en cualquiera de las posiciones "desviadas".

Pero en aquellos días, no solo la iglesia condenaba cualquier tipo inapropiado de amor: la realeza, los nobles y los terratenientes castigaban violentamente a los jóvenes amantes. El rey francés Felipe IV, conocido como Felipe el Guapo, descubrió una vez que algunos de los caballeros estaban involucrados en una relación con sus tres hijas solteras. Arrestó y ejecutó a los hombres, y exilió a las hijas a un monasterio para expiar sus pecados.

Curiosamente, la prostitución floreció en la Edad Media y fue ignorada por la iglesia o vista como un mal necesario en este mundo. Incluso Tomás de Aquino, filósofo y teólogo italiano, creía que "si destruyes a las mujeres públicas, el poder de las pasiones lo destruirá todo."

Los burdeles operaban en muchas ciudades, y las sacerdotisas del amor podían distinguirse por su atuendo, que lucía una franja amarilla brillante. A menudo, entre los clientes habituales había personas de las clases altas.

Qué contentos estamos de no vivir en la Edad Media.