Misterios de Gobekli Tepe: lo que esconden las ruinas más antiguas del mundo

Los científicos siempre han estado interesados en saber qué edificio es el más antiguo. Todavía no hay una respuesta exacta a esta pregunta, porque cada vez se descubren más objetos arqueológicos nuevos. Hoy en día, se considera que la estructura más antigua es el santuario de Göbekli Tepe, en Turquía. Fue descubierto a finales del siglo XX y todavía se considera el más antiguo de la historia de la humanidad.

El santuario de Gobekli Tepe se encuentra a 12 kilómetros de la ciudad de Sanliurfa, en el sureste de Turquía. Se trata de un complejo de templos formado por pilares de piedra caliza de 2 a 3 veces la altura humana, cubiertos de símbolos misteriosos y escondidos dentro de una colina. Los arqueólogos creen que la estructura fue erigida hace 11 mil años.

Antiguos artesanos desconocidos tallaron e instalaron estos pilares en el año 9600 a.C. Esta es la llamada era de la etapa temprana del Neolítico Pre-Cerámico. Para ser objetivos, debemos admitir que también hay edificios más antiguos hechos de madera y colmillos de mamut. Pero Göbekli Tepe es la estructura de piedra más antigua conocida hasta la fecha. Estos pilares son varios miles de años más antiguos que Stonehenge y el crómlech portugués de los Almendres.

El complejo de Gobekli Tepe todavía se considera el punto de partida de la arquitectura monumental. Las excavaciones en esta zona están lejos de estar completas. Ya es evidente que decenas de estas estructuras se encuentran escondidas bajo tierra en las cercanías. Este es un sitio arqueológico muy valioso, por lo que en 2018 fue agregado a la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Los arqueólogos descubrieron en los años 60 los primeros rastros de actividad humana en Göbekli Tepe. Eran herramientas primitivas de pedernal. El profesor Peter Benedict, arqueólogo de los Estados Unidos, sugirió entonces que en las colinas podrían estar escondidos vestigios de sitios de personas de la Edad de Piedra. Pero las estructuras de piedra no fueron encontradas por una expedición alemana dirigida por Klaus Schmidt hasta 1994.

La atención de los científicos de Alemania fue atraída por los cantos rodados de los que se quejaban los campesinos. Sobresalían del suelo e interferían con la agricultura. Los residentes locales intentaron más de una vez deshacerse de ellos, pero nada funcionó. Esto no es sorprendente, ya que al examinarlo resultó que se trataba solo de las cimas de enormes estelas en forma de T. En 1995 comenzaron las excavaciones en el lugar y pronto Schmidt se convirtió en una sensación mundial.

Los científicos están seguros de que se trata de restos de edificios religiosos. Lo más probable es que las estelas alguna vez sostuvieran el techo de un templo de tamaño impresionante. Existe la hipótesis de que este lugar era sagrado para los habitantes de esta zona. Es posible que la gente viniera a Göbekli Tepe para realizar ciertos rituales desde 100-200 km de distancia.

Los arqueólogos sugieren que los antiguos círculos de pilares están asociados con el culto a los muertos. Entre los diseños en relieve de los pilares se encuentran con mayor frecuencia imágenes de serpientes. Entre las tribus antiguas, estos reptiles estaban asociados con el otro mundo. Junto a las estelas se encontraron varias esculturas de animales primitivos. Algunos de ellos sostenían en sus patas objetos que se parecían mucho a cabezas humanas.

En la estela con el número 43 se puede ver un pájaro grande y un cuerpo humano sin cabeza. La cabeza cortada yace junto a él. El pájaro parece un buitre, pero es imposible decir con seguridad que sea un carroñero. Los científicos han establecido una analogía con los ritos funerarios de Zoroastro, cuando el cuerpo del difunto era entregado a aves carroñeras.

Ya en la década de 2000 se encontraron fragmentos de cráneos humanos en Göbekli Tepe. Algunos de ellos tenían restos de pintura o agujeros y ranuras hechos artificialmente. Los científicos sugieren que entre los antiguos constructores del complejo del templo, la religión estaba asociada con el culto a las calaveras.

La construcción de este complejo de templos es uno de los mayores misterios de la arquitectura moderna. En el momento en que apareció, la gente no conocía la agricultura y vivía en grupos de 30 a 40 personas. Eran cazadores y recolectores que no tenían herramientas de metal ni siquiera ruedas. En aquella época aún no se habían domesticado los animales de tiro que podían ayudar en la construcción.

Lo más probable es que los pilares fueran tallados con herramientas de piedra de rocas calizas cercanas. Después de eso, fueron arrastrados a su lugar y de alguna manera instalados verticalmente. Fue increíblemente difícil. Klaus Schmidt en su libro “Ellos construyeron los primeros templos” comparó a los constructores de Göbekli Tepe con los habitantes de la Isla de Pascua.

El científico noruego Thor Heyerdahl, que estudió los gigantes de esta isla, realizó un experimento. Movió la estatua de 12 toneladas utilizando guías de madera y cuerdas. Para ello fue necesario atraer a 180 personas. Algunos de los megalitos de Göbekli Tepe son más grandes: pesan más de 15 toneladas y su altura alcanza los 5 metros.

Todo esto sugiere que dicha construcción requiere no sólo la participación de recursos humanos. Los antiguos debían poder planificar, gestionar y organizar los procesos constructivos. Alguien más tuvo que proporcionar comida a los artesanos involucrados en la construcción del templo.

Otro enigma de Gobekli Tepe requiere respuesta. ¿Por qué los antiguos conservaron el complejo del templo? A principios del octavo milenio antes de Cristo, la estructura fue cuidadosamente revestida con piedras y cubierta con tierra. Klaus Schmidt sugirió que esto se debía a la transición de los habitantes de la zona a la agricultura y la ganadería.

Probablemente ya tenían ideas diferentes sobre la estructura del mundo y una religión diferente. Al mismo tiempo, mostraron respeto por el trabajo de sus antepasados y no lo destruyeron, sino que se despidieron del templo y lo escondieron bajo tierra. ¿Quizás se trataba de una especie de rito de separación de los antiguos dioses de la caza, que simbolizaba el comienzo de una nueva era?