La historia de Josef Menchik, el último caballero checo
Por Pictolic https://pictolic.com/es/article/la-historia-de-josef-menchik-el-ltimo-caballero-checo.htmlA Josef Menčík se le suele llamar el último caballero checo. Esto no es del todo cierto, porque este hombre, muy probablemente, fue el último caballero de Europa, y tal vez del mundo. Josef se apropió del orgulloso título, pero muy pronto quedó claro que lo lleva por derecho. Las acciones de Menchik fueron las más caballerosas y él mismo se convirtió en una leyenda durante su vida.
Todo empezó en 1911, cuando un gran incendio destruyó parte de la fortaleza de Dobš. Esta fortificación del siglo XIV perteneció a la antigua familia Schwarzenberg. La empobrecida familia noble decidió no restaurar la fortaleza, sino que la vendió en estado ruinoso. La propiedad fue comprada por el terrateniente local Josef Menchik, un gran amante de la historia medieval.
El nuevo propietario se puso inmediatamente a restaurar la propiedad. No se limitó a restaurar la fortaleza de Dobši, sino que intentó darle un aspecto auténtico. Compró muebles y otros artículos de interior en anticuarios y mercadillos, e incluso contrabandeó algunos artículos desde Francia.
Menchik tenía una colección de armaduras antiguas, que a veces usaba. Un hombre con armadura de acero, a caballo y con una espada, recorría los pueblos y ciudades de los alrededores, contando a la gente sobre los viejos tiempos y la caballería. Josef invitó a todos a hacer excursiones al castillo y se mostró especialmente feliz con los jóvenes.
Pronto Josef Menchik comenzó a ser llamado el "Don Quijote checo". Algunos incluso pensaron que no lo tenía todo en casa. Pero no fue así: Menchik no estaba loco. Era un coleccionista increíblemente entusiasta y un excelente recreador. El propietario del castillo de Dobrš se convirtió en una leyenda viva y un símbolo local.
Los escolares hablaban de él sólo como “El Papa barbudo” o “El último caballero”. El propio José siempre fue amable, acogedor, hospitalario y generoso, como corresponde a los caballeros de las novelas antiguas. Nunca se negó a ayudar a los que estaban en problemas y al mismo tiempo mostró total desinterés.
Pronto el Caballero José tuvo que demostrar su valor militar. En 1938, los tanques nazis invadieron los Sudetes de Checoslovaquia. Menchik los recibió en el camino hacia el campo. Él, vestido con su mejor armadura, con espada y lanza, bloqueó el paso de la columna.
Los alemanes quedaron desconcertados por tal encuentro, pero no se pusieron en contacto con el caballero. Se giraron los dedos en las sienes, tomaron varias fotografías coloridas y condujeron con cuidado alrededor del ciclista por el costado de la carretera. Incluso cuando los nazis establecieron su poder en los Sudetes, no tocaron a Menchik y él continuó viviendo en el castillo y saliendo con armadura a sus paseos.
Josef Menchik vivió para ver la liberación de su país. Murió en noviembre de 1945 en la fortaleza de Dobš, que ya no era suya. Poco antes fue nacionalizada por el nuevo gobierno. El último caballero de la República Checa no podía aceptar esto y su corazón no podía soportarlo.
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