John Jubert es un maníaco en serie, debido a cuyo tormento se canceló la silla eléctrica
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Por Pictolic https://pictolic.com/es/article/john-jubert-es-un-manaco-en-serie-debido-a-cuyo-tormento-se-cancel-la-silla-electrica.htmlEn los Estados Unidos, durante muchos años, maníacos y asesinos fueron enviados a la silla eléctrica, llevando a cabo sentencias de muerte. Pero en los años 90, las autoridades del país pensaron seriamente en la humanidad de tal método de ejecución. Y la historia que le sucedió a John Jubert, el famoso asesino en serie estadounidense, sirvió para abrir las discusiones.
El tormento del maníaco marcó el comienzo de la prohibición generalizada de las sillas eléctricas y la transición a las inyecciones letales. ¿Qué tenía de terrible Jubert? Lea en nuestro material.
John Jubert nació el 2 de julio de 1963 en Lawrence, Massachusetts. Cuando el niño cumplió 6 años, sus padres se divorciaron, y John se quedó a vivir con su madre. La madre no permitía que el niño viera a su padre, pero a veces lograba llegar en secreto a la casa de los padres y caminar a su alrededor durante horas.
John creció muy solo y distante, siempre "en su propia ola". El niño no tenía amigos en absoluto, y su entretenimiento principal era la lectura, incluidas las revistas de crímenes. Fue de ellos que el futuro maníaco aprendió a ocultar adecuadamente las pruebas, confundir las pistas y evitar el castigo. En algún momento este conocimiento será útil para Juan…
En 1974, John y su madre se mudaron a Portland. Cabe señalar que la madre de Jubert era bastante despótica e incluso cruel. Cada paso del niño estaba controlado. El único lugar donde podía sentirse al menos un poco libre era la escuela. No es sorprendente que fue aquí donde experimentó el primer impulso de infligir dolor físico a otras personas. Sucedió completamente por accidente: un día John golpeó a una compañera de clase con un lápiz y experimentó la emoción de sus gritos.
Al día siguiente, con el mismo propósito, el chico cortó a otra chica con una cuchilla. Su dolor volvió a dar placer a John. Es posible que tal odio hacia el sexo opuesto esté de alguna manera conectado con el trauma mental que le sucedió en la infancia: de vuelta en su ciudad natal, John estaba en una relación homosexual con otro niño y sintió una fuerte simpatía por él, pero pronto se fue.
Sin embargo, pronto la agresión de Jubert comenzó a extenderse a niñas y niños. El futuro asesino una vez casi estranguló a un adolescente, y luego comenzó a lanzar un cuchillo a otros niños en la escuela. Naturalmente, tal comportamiento agresivo no pasó desapercibido para la policía. Pero entonces los guardias decidieron que una conversación educativa sería suficiente, y John pudo evitar el castigo.
Desafortunadamente, las conversaciones instructivas no tuvieron el efecto deseado: ya en 1982, Jubert cometió su primer asesinato. Luego cumplió 19 años. La víctima era Richie Stetson, de 11 años. Ese día, el niño, como de costumbre, salió a correr por la noche, pero nunca regresó a casa. Padres preocupados contactaron a la policía, y a la mañana siguiente su cadáver fue encontrado fuera de la carretera.
Los expertos concluyeron que el asesino primero trató de desnudar al niño, pero cuando no pasó nada, lo apuñaló y lo estranguló. Pronto la policía siguió la pista de Jubert, el tipo fue detenido. Pero la única evidencia que apuntaba a su culpabilidad - el rastro de dientes en el cuerpo del niño-no coincidía con el rastro de los dientes de John, así que después de un tiempo el maníaco fue liberado.
La próxima vez, las víctimas del criminal ya eran dos niños, uno de ellos fue cortado por la cabeza de Jubert. El asesino fue capturado gracias al testimonio de varios testigos que vieron a John conducir erráticamente en un coche cerca de la escena del último crimen. Durante una búsqueda en la casa del loco, se encontró una cuerda con un tejido inusual. The examination confirmed that one of the children was strangled with a wicker of this kind.
En el juicio, John confirmó su culpabilidad, por lo que fue sentenciado a muerte en silla eléctrica. La sentencia no entró en vigor hasta 1996. Durante el proceso, algo terrible sucedió: una burbuja cerebral de 10 centímetros se hinchó en la cabeza del asesino y burbujas más pequeñas cubrieron la piel a los lados de la cabeza justo por encima de las orejas. El espectáculo resultó ser tan repugnante que finalmente abrió otra discusión sobre la humanidad de este método de ejecución.
Cabe señalar que ahora el uso de inyecciones letales se practica en la mayoría de las prisiones de Estados Unidos, pero en ocho estados todavía se permite el uso de la silla eléctrica.
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