El naufragio del barco blanco: cómo la muerte del Titanic de la Edad Media cambió la historia de Inglaterra
Categorias: Catástrofes | Europa | Historia
Por Pictolic https://pictolic.com/es/article/el-naufragio-del-barco-blanco-cmo-la-muerte-del-titanic-de-la-edad-media-cambi-la-historia-de-inglaterra.htmlEn 1120, el Canal de la Mancha fue escenario de una tragedia que más tarde se conocería como el «Titanic de la Edad Media». El Barco Blanco —la embarcación más moderna y lujosa de la época— tenía como destino el traslado del heredero del rey Enrique I a Inglaterra. En lugar de un triunfo, se produjo una catástrofe: el barco se hundió a pocos kilómetros de la costa, pereciendo casi todos sus tripulantes. Entre las víctimas se encontraba el único hijo legítimo del rey. Esta tragedia transformó el panorama político de Inglaterra y sumió al país en el caos de una guerra civil que se prolongó durante muchos años.

El Barco Blanco fue una maravilla para su época. Esta joya de la flota anglo-normanda fue construida para Enrique I por el mejor artesano del reino, Thomas Fitz-Stephen. Esta veloz embarcación, propulsada a vela y remos, era majestuosa y elegante. Su característica más importante era su capacidad sin precedentes: hasta 300 personas a bordo.

En el otoño de 1120, Enrique I, tras sofocar una rebelión en Normandía, decidió legar sus posesiones a su hijo Guillermo. El príncipe adulto —único heredero— heredaría tierras en Francia y las Islas Británicas.
La familia real, junto con su séquito, cortesanos y sirvientes, llegó a Normandía. Tras inspeccionar las tierras y ahorcar a los señores feudales recalcitrantes, la comitiva se preparaba para zarpar de regreso el 25 de noviembre. El viaje no fue largo: cruzar el Canal de la Mancha, unos 120 km.
Enrique estaba encantado con el «Barco Blanco», que le habían encargado. Inicialmente, el monarca deseaba navegar en él, pero generosamente se lo cedió a su hijo. El barco del rey zarpó al mediodía. Cargar el «Barco Blanco» llevó mucho tiempo; partieron al anochecer.

Los contemporáneos culpaban al joven Guillermo: tras la partida de su padre, él y sus cortesanos continuaron festejando en tierra. La juerga se extendió a bordo; apenas quedaban almas sobrias.
Al percatarse de la distancia entre el buque insignia y el barco, Guillermo ordenó máxima velocidad. El heredero confiaba en que su elegante navío alcanzaría y superaría a su padre. Pero el viaje duró poco. Apenas habían zarpado de la costa francesa cuando el barco chocó contra una roca submarina cerca de Barfleur y comenzó a hundirse.
En la confusión y la oscuridad, los marineros perdieron el rumbo y acabaron en aguas poco profundas. El impacto partió un costado del barco y el agua inundó la bodega. Cundió el pánico: solo había un bote salvavidas para 300 hombres.

Según la leyenda, Guillermo subió a un bote salvavidas y pudo haberse salvado. Pero oyó los gritos de su hermanastra, Matilde, condesa de Persia, y retrocedió. El bote zozobró, sin darle ninguna oportunidad.
Más de cien caballeros, unas veinte nobles, varios barones y los hijos ilegítimos de Enrique I perecieron. La mayor pérdida para Inglaterra fue su único heredero legítimo, Guillermo Adelin. El rey, de 54 años, prácticamente no tenía ninguna posibilidad de tener otro hijo.

Dos hombres lograron escapar. El sobrino del rey, Esteban de Blois, había bebido demasiado vino y fue abandonado en tierra debido al mareo. El otro fue el carnicero Berold de Rouen, que se aferraba a un trozo del mástil. Fue rescatado con vida.
La muerte de su hijo fue un golpe devastador para Enrique. El rey tuvo veinticinco hijos, pero los que sobrevivieron fueron niñas o bastardos con un dudoso derecho al trono. Se dice que, tras la catástrofe, el monarca, que vivió quince años más, jamás volvió a sonreír.
El rey intentó resolver el problema de la sucesión: en 1127, nombró a su hija Matilde heredera. Los barones se indignaron, pues no existía ningún precedente de una mujer en el trono. Enrique los obligó a jurarle lealtad.

Tras la muerte de Enrique VIII en 1135, estalló una guerra civil: la Anarquía. Guillermo de Newburgh escribió:
El derramamiento de sangre duró diecinueve años. Matilde perdió el poder y Esteban de Blois, el que no había embarcado en el «Barco Blanco», se convirtió en rey. Los condados quedaron devastados, miles murieron y el hambre asoló la región. La guerra terminó en 1153: Enrique II Plantagenet, hijo de Matilde y esposo de Leonor de Aquitania, ascendió al trono.

El hundimiento del Barco Blanco fue una catástrofe sin precedentes que cambió el rumbo de la historia de una nación. La muerte prematura del heredero desencadenó décadas de guerra civil y el debilitamiento de la corona. Pero si Guillermo hubiera sobrevivido, ¿habría sido diferente la historia de Inglaterra? ¿Qué opinas? ¿Hasta qué punto puede un único suceso trágico influir en el destino de un país?
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