¿A dónde fue TriStar Film Company?

Todos recordamos el estudio cinematográfico TriStar, que brilló en los años 80 y dio a los amantes del cine muchas películas excelentes. Entre los éxitos indiscutibles filmados en este estudio se encuentran The Running Man y Total Recall con Arnold Schwarzenegger, Basic Instinct, Jerry Maguire, Cliffhanger y Shut In con Stallone, Short Circuit, Blind Date y un par de cientos de películas más menos "ruidosas".

Su introducción fue muy hermosa: un pegaso corriendo hacia el espectador (para aquellos que no lo saben, un caballo con alas, un símbolo de inspiración). Y luego, en algún momento de la década del 2000, el estudio desapareció. El caballo alado nunca volvió a aparecer en videocasetes y posteriormente tampoco fue editado en discos. Parece que la compañía cinematográfica ha desaparecido misteriosamente del cielo de Hollywood. TriStar en realidad desapareció: dejó de existir en 1991 cuando fue comprada por Columbia Pictures y Sony Pictures Entertainment debido a la quiebra de TriStar. Y lo más chic es que fue Bruce Willis quien la llevó a tan deplorable estado, protagonizando la película que acabó con el destino del estudio. Esa película resultó ser Hudson Hawk.

El estudio tenía grandes esperanzas puestas en la película: su situación últimamente no había sido buena y, al apostar por una estrella llamada Bruce, TriStar esperaba mejorar su situación financiera y simplemente mantenerse a flote. Rascándose la cabeza y suspirando, el estudio destinó los últimos 51 millones de dólares para el rodaje. El rodaje tuvo lugar en Estados Unidos, Italia, Inglaterra y Hungría en el verano de 1990. El guión fue escrito por Daniel Waters y Robert Kraft. Bruce Willis, que mantenía una larga amistad con el actor Danny Aiello, llevaba tiempo planeando protagonizar una película con él.

Así que cuando le dieron el guión para leer, no tuvo dudas sobre el candidato para el segundo papel principal: sólo Aiello. Y todo habría estado bien, pero el creador que había estado durmiendo hasta entonces despertó de repente en Willis y comenzó a interferir activamente en el proceso de producción, cancelando algunas escenas e insertando otras en la trama, inventada por él personalmente. Al final, cambió tanto el guión que se le atribuyó no sólo el papel de actor principal, sino también el de guionista.

El resultado es una película que mezcla acción y comedia de aventuras con una buena dosis de vulgaridad, blasfemia y humor descarado. Lo que ocurrió después dejó a todos en shock: la película fue un fracaso de taquilla. Con un presupuesto de 65 millones de dólares, nada mal para una comedia tan frívola, la recaudación en taquilla apenas superó la marca de los 17 millones y se detuvo allí. Fue un fracaso total, haciendo imposible la existencia futura del estudio TriStar.

Nadie esperaba esto, incluido el propio Willis. Culpó de toda la situación al inexperto director Michael Lemman. Lemman se excusó lo mejor que pudo y afirmó que era simplemente imposible trabajar con Willis: causaba problemas constantemente en el set y exigía que todos filmaran como él lo veía. Los críticos culparon del fracaso al productor Joel Silver, que contrató a un director demasiado joven y anónimo para el rodaje; dijeron que si algún veterano como Zemeckis o Lucas o Cameron hubiera estado en su lugar, Bruce habría sido puesto en su lugar.

De una forma u otra, esta película se convirtió en el primer fracaso en la carrera de Willis, y uno bastante rotundo. Seis Golden Raspberries a la vez, aunque en forma de nominaciones, y un "Ugh" unánime de los espectadores y los críticos, y TriStar salió a subasta. Ha habido varios intentos de revivir el estudio, incluido un cambio de marca, pero desde 2015 TriStar finalmente dejó de existir y todos los derechos de sus productos ahora son propiedad de Sony Pictures Television. Lo bueno de todo esto es que después de este fracaso, Bruce Willis nunca volvió a intentar ser guionista.