Imagina una fotografía antigua en blanco y negro de la época victoriana, como un retrato familiar. Los mejores atuendos, fondos ricos y, por supuesto, la característica principal de todas estas fotos son rostros serios sin rastro de sonrisa. ¿Crees que siempre ha sido así? ¡No! Hay evidencia de que los victorianos sonreían e incluso se reían frente a la cámara. Después de todo, también eran personas vivas...