Una residente de Brasil se casó con una muñeca y dio a luz a su hijo
La brasileña Meirivone Rocha Moraes ha encontrado su felicidad en los brazos de una muñeca de trapo. Los sentimientos de la pareja eran tan fuertes que la mujer dio a luz al hijo de su esposo. Esta historia parece una tontería, pero vale la pena recordar que la vida a veces arroja tramas absolutamente surrealistas.
Todo comenzó con el hecho de que Meyrivone, de 37 años, una vez se quejó con su madre de la soledad. La vida personal de la mujer no funcionó y su madre decidió ayudar a su hija. Cosió un muñeco de trapo llamado Marcelo y fue amor a primera vista. Comenzaron a salir y fueron a restaurantes e incluso a la playa juntos. Muy pronto Moraes se dio cuenta de que este era el hombre de sus sueños y la pareja se casó.
250 personas fueron invitadas a la ceremonia, y el novio, como se esperaba, vestía traje y corbata. Meirivone quedó encantada con la ceremonia y la noche de bodas que siguió. Los recién casados pasaron su luna de miel en un bungalow en una de las playas cercanas a Río de Janeiro. Después de eso, la pareja decidió construir un nido familiar en la casa de su cónyuge.
La vida familiar con el andrajoso Marcelo tampoco decepcionó. La mujer dice que su esposo nunca discute con ella, comprende su naturaleza delicada y es simplemente increíble en la cama. Y un par de meses después, Meyrivone quedó embarazada y decidió darle un hijo a su esposo. La mujer afirma que no planeó específicamente el embarazo, solo que su Marcelo odia que lo protejan.
Cuando llegó el momento de que Moraes diera a luz, quería hacerlo en casa. Se invitó a varios obstetras y el proceso en sí se transmitió en la red. Solo tomó 35 minutos, y la mujer en trabajo de parto anunció que el parto no tuvo complicaciones y que nació un niño sano. Por supuesto, era un muñeco de trapo, muy parecido a su padre.
Meirivone se quejó a los periodistas de que enfrentó un ataque de enemigos. La llamaron loca y la acusaron de relaciones públicas baratas y estúpidas.
En una entrevista, Moraes compartió detalles de su vida familiar. La mujer es feliz, pero su vida está ligeramente eclipsada por un matiz. Su Marcelo no funciona y ella misma tiene que mantener a su familia.
Esta loca historia desafía la explicación lógica. Aunque si Moraes solo quería llamar la atención sobre sí misma, lo logró. Así como el culturista kazajo Yuri Tolochko logró ganar dudosa fama arrojando una muñeca de un sex shop por un cenicero.