Una familia india ha acogido a cientos de animales salvajes huérfanos, convirtiendo su hogar en una reserva natural
Hay una reserva natural especial en el estado indio de Maharashtra, donde los animales salvajes huérfanos han encontrado refugio. Sus padres murieron a manos de tribus locales que cazaban para alimentarse. La reserva fue creada por un médico local. Comprendía la necesidad de cazar, pero no podía permitir que los animales huérfanos murieran de hambre.
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Todo comenzó en los años 70, un día, el Dr. Prakash Amte y su esposa caminaban por el bosque y se encontraron con un grupo de personas que regresaban de cazar. Llevaban un mono muerto. Prakash notó un pequeño mono aferrado al cuerpo de una madre muerta. Fue un espectáculo desgarrador. El médico decidió que no podía permitir que mataran al bebé. Se enteró de que los cazadores se iban a comer al cachorro, así como a la madre. Prakash cambió el mono por una bolsa de arroz y ropa. Así que se convirtió en el primer miembro de la futura gran familia. Prakash llamó al mono Babli. Rápidamente echó raíces en la casa e incluso se hizo amiga del perro del médico: cabalgaba sobre su espalda, jugaba con ella. Y Prakash Amte tuvo una idea.
Amte sabía que las tribus locales cazaban, esta es la única fuente de alimento para ellos. Convenció a la gente de que matar crías era de poco beneficio y se ofreció a intercambiar animales huérfanos por granos, ropa y medicinas. Los representantes de las tribus estuvieron de acuerdo, y pronto la casa de Amte se convirtió en una verdadera reserva.
En los últimos cuarenta años, esta reserva se ha convertido en un refugio para muchos animales salvajes, desde pequeños roedores hasta chacales y leopardos, pitones y cocodrilos. Todo el mundo era bienvenido aquí.
En algún momento, 300 animales de diferentes especies resultaron estar en la reserva al mismo tiempo, literalmente vivían en la naturaleza y estaban en estrecho contacto con las personas. Por supuesto, a algunos residentes locales no les gustó este estado de cosas, estaban bastante nerviosos y se quejaron al gobierno local. Después de una serie de quejas, Amte tuvo que elegir: encerrar a los animales en jaulas o cerrar la reserva. Construyó una valla, como lo exigieron las autoridades, pero aún así la reserva era más como un refugio para animales que un zoológico.
Aniket Amte, el hijo del médico, creció rodeado de animales. En una entrevista, dijo que le gustaban los tiempos en que aún no había una cerca: "Recuerdo cómo nosotros, los niños del pueblo, junto con los animales, íbamos al río a nadar. No les teníamos miedo en absoluto."
Hoy en día, casi un centenar de animales viven en la reserva. Se estima que su número disminuirá en un futuro próximo, porque las tribus comenzaron a cazar menos. Desde los años 70 del siglo pasado, la familia Amte ha salvado a cientos, si no miles de animales huérfanos.
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