A la fotógrafa estonia Liisa Loots se le ocurrió una idea bastante inusual: decidió desempeñar un papel inusual en su boda y ser no solo una novia, sino también una fotógrafa. En lugar de la tradicional captura de todos los eventos el día de la celebración, Liisa decidió tomar fotos de la forma en que vio lo que estaba sucediendo, desde su propia cara: comenzando con cómo se despertó por la mañana y terminando con cómo se fue a la cama la noche de bodas.
Luisa y su esposo viven en Tallin, la capital de Estonia, donde tienen su propia pequeña agencia de fotografía. "Cuando decidimos casarnos, sabíamos que no necesitábamos todo este estrés y toda esta emoción que se asocia con la preparación de la celebración. Solo queríamos legitimar nuestra relación y celebrar un poco. Por lo tanto, tratamos de evitar todas estas terribles dificultades asociadas con el proceso de planificación de la boda, y simplemente fuimos con la corriente. Y la decisión lógica en este caso fue que decidí tomar fotos en las vacaciones yo misma", dijo Liiza.
"Simplemente sentí que quería algo diferente, inusual, diferente de todas estas estúpidas fotos idénticas. Con el debido respeto a los fotógrafos de bodas, solo quería algo más auténtico de lo que suelen ofrecer. ¿Y qué manera de capturar una boda puede ser más realista que yo fotografiando el día de mi celebración?"