Cuando en 2001, un turista común de los Estados Unidos, Tom Sponheim, compró un sobre con negativos en un mercadillo de Barcelona por 3 3.5, probablemente no sospechó que encontraría no solo fotos, sino el trabajo de un talentoso maestro.
Tom regresó a casa, pero todavía estaba obsesionado con encontrar al misterioso autor de estas tomas. Y en 2010, organizó una búsqueda a través de Facebook. Sponheim publicó las fotos en la página y compró un anuncio específico que atrajo a los residentes de Barcelona interesados en la fotografía.
Sin embargo, a pesar de la popularidad de la página y el hecho de que muchas personas se reconocieron a sí mismas o amigos en estas fotos, la identidad del fotógrafo permaneció envuelta en misterio. Hasta que en 2017, una cierta Begonya Fernández, sorprendida por el talento del autor de las imágenes, no se unió a la búsqueda.
En una de las fotos, Begonye pudo identificar la escuela primaria. Este fue el punto de partida.
La mujer se enteró de un concurso de fotografía celebrado en 1962 con los mismos lugares en las fotos.
La investigación la llevó a los archivos de una de las asociaciones de fotógrafos más antiguas, la Agrupació Fotográfica de Catalunya. Allí, en una de las revistas, reconoció una foto de una página de Facebook.
Milagros Caturla. Debajo de la foto estaba el nombre del autor — Milagros Caturla. Esta mujer recibió una educación pedagógica, pero trabajó toda su vida como administradora.
Le apasionaba la fotografía, incluso equipó una habitación oscura en su apartamento. Milagros ha ganado varias veces concursos locales de fotografía. Murió en 2008.
Aunque Milagros Caturla ya no está viva, Begonha Fernández y Tom Sponheim decidieron continuar el caso para que el mayor número posible de personas pudieran ver las fotos de Milagros. En mayo, su trabajo aparecerá en el Festival de Fotografía de Barcelona.
Estas imágenes son dignas de colgar en las galerías, y no acumular polvo en los mercados de pulgas.