"Si no veo el mar, no vivo": lobos marinos de la isla de Paros
Las caras de los pescadores en estas fotos del fotógrafo austriaco Christian Stemper miles de historias se pueden contar sin palabras. Su piel desgastada, ojos brillantes y cabello gris han visto muchas tormentas y sol marchito. Los lobos marinos de la isla griega de Paros van al mar todos los días en barcos de madera con el nombre de sus esposas e hijas. Pero tal vez pronto este pequeño mundo deje de existir.
El fotógrafo austriaco Christian Stemper comenzó a fotografiar pescadores de Paros en 2010, cuando llegó por primera vez a esta pequeña isla en el mar Egeo de vacaciones. En la foto: un viejo pescador griego Yanis Perentinos.
El fotógrafo combinó retratos monocromos de pescadores — sus expresivos rostros ásperos contrastando con un fondo negro - con imágenes en color de sus simples barcos de madera que flotan en las entintadas aguas del Mar Mediterráneo.
El predominio de la pesca a gran escala, hace que el trabajo de estas personas salado por todos los vientos menos y menos pagados. Debido a esto, muchos de ellos abandonaron la pesca después de que la UE ofreciera dinero para renunciar a su antigua artesanía. Además, los hijos de pescadores buscan cada vez más una vida mejor fuera de este idilio mediterráneo.
"Si no veo el mar, no vivo", dice el pescador Vaggelis Parousis. - Si tuviera que quedarme en Atenas, no habría durado ni un día. Me volvería loca."
Así de fuerte es el apego de esta gente al mar. "Este es un tipo especial de gente", dice el fotógrafo, que ha estado documentando la vida de los pescadores locales durante cinco años. - Para ellos, la vida es simple: es un barco y el mar."
El fotógrafo admitió que los pescadores no querían participar en el proyecto al principio. Sin embargo, con el tiempo, los persuadió, aunque reaccionaron a todo lo que estaba sucediendo más que indiferentemente.
"Después de comenzar a trabajar en el proyecto, en 2012 organicé una exposición sobre Paros", dice el fotógrafo. - Luego invité a todos mis "modelos", prometiendo darles a cada uno un retrato, que imprimí especialmente para ellos. Pero solo un pescador visitó la exposición. Vinieron sus familias, esposas y hermanos. Y los lobos marinos no están interesados en todo esto. Para ellos, la vida es el mar y el barco. Y esta gente es feliz."