Por qué triunfan los peores o cómo funciona la ley de la selección negativa
A menudo nos sorprende que los altos cargos estén ocupados por personas que son menos dignas de ello. Al no tener inteligencia, ni buenos modales, ni otras cualidades positivas, se abren camino fácilmente "hacia arriba", formando una élite. Mientras que aquellos que consisten en las mismas virtudes, van a sus subordinados. ¿Cuál es la razón de este patrón?
La psicología conoce la respuesta a la pregunta de por qué los mejores lugares en esta vida no van a las mejores personas. Sigmund Freud escribió que el deseo de gobernar es uno de los tipos de locura neurótica que proviene de una sensación de impotencia y miedo al mundo exterior. Una persona dominante necesita una víctima que esté lista para soportar el acoso, junto con la cual forma una especie de pareja sadomasoquista.
Otro psicólogo famoso, Alfred Adler, argumentó que el deseo de poder se basa en un fenómeno patológico como un complejo de inferioridad. La psique de una persona puede estar traumatizada, por ejemplo, por humillaciones. En este caso, el mecanismo de sobrecompensación comienza a funcionar, exigiendo compulsivamente superioridad sobre los demás. Otro clásico de la psicología, Erich Fromm, escribió sobre la sed de poder de la siguiente manera:
El descubrimiento de Darwin de la selección natural funciona no solo en la naturaleza, sino también en la sociedad humana. Existe exactamente el mismo objetivo — sobrevivir a cualquier costo. En este caso, todos los aspectos morales quedan relegados a un segundo plano o incluso se convierten en rudimentos. El proceso de tal selección entre las personas se llama "selección negativa". Este término fue propuesto por el sociólogo ruso y estadounidense Pitirim Sorokin a mediados del siglo XX.
Según Sorokin, la destrucción de la personalidad de las personas hambrientas de poder se debe a la pérdida de la "cultura sensual". En uno de sus libros, el científico escribió:
¿Es posible resistir tal degradación, que puede ocurrir rápidamente? Sí, pero para esto una persona debe tener principios morales y convicciones firmes. Pero en ausencia de estas cualidades, no hay nada que le impida descuidar los intereses de los demás. Solo quedan la lujuria y los deseos.
Sorokin consideró la selección negativa como un tipo de degradación. Pero los sociólogos del siglo XXI ven el problema de manera diferente. Creen que se trata más bien de una política de personal conducida artificialmente. Una vez fue desarrollado y probado por los servicios especiales, y con su ayuda los agentes fueron atrapados "en el anzuelo". Se les ofreció material comprometedor y luego se les dio un amplio margen para todo tipo de manipulaciones.
En la política o en los negocios, en lugar de un agente, se sustituye a un funcionario o un empresario con un pasado criminal. Se controlan con la ayuda de material comprometedor, y el profesionalismo y las cualidades morales no se consideran en absoluto. Al mismo tiempo, resulta que el líder deja de ser el conductor de sus intereses y se convierte en rehén del sistema que lo presentó. Pitirim Sorokin escribió:
Sorokin cree que estas condiciones son ideales para el surgimiento de dictadores. Estas personas, ante la elección de perder el poder o violar los principios morales, no dudan en elegir este último. "El fin justifica los medios" es la consigna de cualquier régimen totalitario. Friedrich Hayek, el premio Nobel de Economía, piensa así. El científico identifica tres criterios importantes necesarios para la realización del dictador:
Vale la pena señalar que no puede haber buenos líderes para las personas que no les gustan las autoridades. Sería tan absurdo como si una persona que desprecia los deportes se convirtiera en un instructor de fitness. Las personas amables y concienzudas también siempre lo pasan mal en puestos altos.