¿Por qué nunca vemos pichones de paloma?
Es difícil encontrar una persona que nunca haya visto palomas. Quizás lo más difícil sea encontrar a quien vio a sus polluelos. Sorprendentemente, a pesar de que las palomas nos rodean por todas partes, sólo vemos individuos adultos. ¿Por qué sucede esto y cómo son realmente las crías de estas aves?
La respuesta a esta pregunta está en las peculiaridades de la fisiología de las palomas. En muchas aves de otras especies, los polluelos (pollitos pequeños que apenas han emplumado) abandonan sus nidos. Intentan volar torpemente, revoloteando de un lugar a otro bajo la supervisión de sus mayores. Por eso es frecuente ver pequeños gorriones, crías de urracas y otras aves urbanas.
Las cosas son diferentes para las palomas. A diferencia de muchas otras aves, los polluelos de paloma se desarrollan más lentamente y abandonan el nido sólo cuando ya pueden volar y parecen adultos. En ciudades y pueblos, las palomas bravías viven entre personas y anidan en áticos y otros lugares apartados. Pero en la naturaleza, estas aves construyen nidos en lo alto de rocas y grietas. En tales condiciones, es casi seguro que un polluelo que no pueda volar bien esté condenado a morir.
Las palomas están bien adaptadas a la vida en las ciudades y su comportamiento ha evolucionado para minimizar los riesgos para sus crías. Anidan en lugares de difícil acceso y mantienen a sus polluelos en el nido durante mucho tiempo, lo que les ayuda a evitar el contacto con posibles amenazas. Estas aves alimentan a sus polluelos con la llamada "leche de ave", una secreción especial que se produce en el buche de los padres. Esto permite a los padres no abandonar el nido durante mucho tiempo en busca de alimento, lo que también ayuda a que los polluelos permanezcan ocultos de miradas indiscretas.
Debido a su desarrollo más lento, los pichones no abandonan sus nidos hasta que están completamente preparados para volar. A esta edad, casi no se diferencian de los adultos y es poco probable que una persona sin experiencia note la diferencia. Sólo los científicos y las personas que crían palomas pueden decir exactamente dónde están los polluelos y dónde están sus padres.
Aunque en las ciudades las palomas no pueden construir nidos en rocas inaccesibles a los depredadores, el instinto las obliga a elegir los lugares más inaccesibles. En la mayoría de los casos se trata de edificios altos, áticos, cornisas, puentes y otras estructuras. Las hembras de estas aves ponen uno o, menos frecuentemente, dos huevos y los incuban durante 16 a 19 días.
Cuando los polluelos nacen, tienen el aspecto típico de los bebés: pequeños, ciegos y con escasas plumas amarillas. Sin embargo, los pichones crecen rápidamente y después de dos o tres semanas son difíciles de reconocer. A esta edad no causan cariño: ojos saltones, pico grande y nudoso, pelusa gris escasa y tamaños bastante grandes. Quienes tuvieron la suerte de observar palomas novatos a esta edad afirman que se trata de los polluelos más feos.
Pero este período no dura mucho. A la edad de aproximadamente 30 días, el polluelo ya no se diferencia del ave adulta. A los 35-37 días de vida aprenden a volar. Los expertos dicen que aproximadamente la mitad de las palomas que vemos por la calle son polluelos que nacieron no hace mucho.
Si quieres aprender más sobre cómo crece una paloma día a día, tenemos una publicación aparte al respecto.