Paul-Charles Chaucarne-Moreau y los traviesos marimachos parisinos en sus cuadros
La pintura de género, que muestra escenas de la vida real de las personas, es una de las áreas más complejas de las bellas artes. No basta con tener dominio, también se necesita un gran talento. Sin duda lo poseía el artista francés Paul Charles Chocarne-Moreau. Sus cuadros con escenas de la vida callejera de los niños parisinos se perciben como pequeñas historias.
Paul Chaucarne-Moreau nació el 31 de octubre de 1855 en Dijon en el seno de una familia de artistas. Su padre no sólo pintaba cuadros, sino que también enseñaba pintura, y tres de sus tíos eran escultores famosos en Europa. Un ambiente así no dejó al joven Paul ninguna oportunidad, y comenzó a dibujar y hablar casi al mismo tiempo.
Desde muy joven, Chaucarn-Moreau viajó a París, donde ingresó en la Escuela de Bellas Artes. El chico pasaba casi todo su tiempo libre en el Louvre, contemplando las pinturas de grandes maestros. Expuso sus obras por primera vez en el Salón de Artistas Franceses en 1882. Habiendo recibido la aprobación del público y críticas positivas de los críticos, el maestro comenzó a exponer regularmente.
Paul-Charles Chaucarne-Moreau es considerado uno de los autores franceses de pintura de género más destacados. Sus servicios han sido reconocidos con numerosos premios y títulos. Entre ellos también se encuentran los estatales: en 1906 el artista se convirtió en poseedor de la Orden de la Legión de Honor.
Las pinturas de Paul Chaucarne-Moro son fáciles de reconocer por sus sujetos. Los héroes de sus cuadros son los niños parisinos. Pero no se trata sólo de niños, sino de jóvenes con determinadas ocupaciones. Se trata de aprendices de pastelería, deshollinadores, monaguillos, vendedores ambulantes y escolares. Pero no siempre se toman en serio sus responsabilidades.
Los chicos de Shokarn-Moro roban comida, faltan a la escuela, pelean, se burlan de los adultos, fuman e incluso beben. Pero el artista lo presenta todo de tal manera que incluso las acciones más indecorosas de los traviesos no causan condena. Las pinturas del artista se pueden ver infinitas veces. Cada uno de ellos contiene una pequeña historia contada por una calle parisina.
Curiosamente, Paul Chaucarne-Moreau también tenía pinturas serias y monumentales dedicadas a acontecimientos históricos, por ejemplo, la Revolución Francesa. Pero no es famoso por ellos: son sus pilluelos callejeros los que son amados en todo el mundo.
Raymond James Stewart, contemporáneo estadounidense de Paul Chaucarne-Moreau, también pintó cuadros con niños traviesos. Es cierto que sus hijos no trabajan, pero viven una vida completamente sin preocupaciones.