No es la temporada de playa: cómo una abuela inglesa de 70 años salva la costa de la basura
Alguien está seguro de que la vida de los ancianos es monótona y fluye entre paseos por el parque y la comunicación con los nietos. Quizás esto sea cierto para algunos jubilados, pero no para el británico Pat Smith, de 70 años. La mujer cree que tiene la fuerza suficiente para ayudar a todo el planeta y contribuir a resolver el problema de la basura plástica en los océanos.
Pat Smith, residente de Cornwall, como muchos de sus compañeros ancianos, pasaba sus días cerca del televisor. Pero esto llegó a su fin cuando una mujer vio un programa sobre la contaminación de las playas con basura plástica, que adquirió proporciones catastróficas. Esa noche, Smith no pudo dormir, y a la mañana siguiente decidió que tenía la fuerza y el tiempo suficientes para actuar.
Pat se ha propuesto la tarea para 2018 de limpiar una playa de basura cada semana. Los residentes de Cornualles apoyaron la iniciativa del pensionista y participaron activamente en la acción. El plan resultó cumplirse: en un año, Smith, que fue ayudada por sus nietos y vecinos, limpió 52 playas de su condado natal.
Parecería que la tarea se ha completado y solo queda mantener el orden traído a la costa, pero Pat Smith no quiso detenerse allí. La mujer lanzó el programa" La gota que colmó el vaso", cuya tarea es informar a las personas sobre los peligros de la vajilla desechable y las bolsas de plástico y convencerlas de que renuncien a estas cosas innecesarias y peligrosas.
Smith considera que las pajitas para bebidas son el desastre más grave, que son un excelente ejemplo del uso inútil del plástico que contamina nuestro planeta. Cada año, las pajitas matan una gran cantidad de vida marina, mientras que su "vida" excede a la humana.
Pet y sus partidarios están convencidos de que las personas podrán renunciar a las pajitas sin ningún problema o reemplazarlas por análogos seguros hechos de materiales naturales. Un cóctel a través de una pajita es solo un capricho, pero puede costar la vida de ballenas, peces, aves y mariscos, que están indefensos ante la invasión del plástico.
Con sus hechos, una anciana británica demostró que cada uno de nosotros, independientemente de la edad, puede hacer una contribución factible a la salvación del planeta. Incluso si la fuerza de una persona no es suficiente, su ejemplo siempre puede alentar a otros a tomar medidas, y en este caso estamos hablando de una fuerza impresionante.
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