Los científicos han explicado los terribles casos de combustión espontánea de las personas

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La combustión espontánea espontánea de una persona siempre se ha considerado un fenómeno paranormal. En los últimos tres siglos, se han producido 200 casos de este tipo, pero los científicos no pudieron explicarlos. Algunos creían que este era el castigo de Dios, otros culpaban a los vapores alcohólicos dentro del cuerpo. Fue posible resolver el enigma de la autoignición de una persona solo en nuestros días. Resultó que todo sucede sin misticismo y obedece a las leyes de la naturaleza.

Los científicos han explicado los terribles casos de combustión espontánea de las personas

Siempre hubo casos en que una persona se incendió repentinamente y murió. En el siglo XVII, un anatomista danés describió en su obra un caso ocurrido en Italia en el siglo XIV. Entonces el noble caballero Polonus Vorstius se convirtió en víctima del fuego. Antes de estallar, comió mucho vino. Fue este caso el que fue reconocido como un clásico y los científicos comenzaron a asegurar que se trataba de alcohol.

Los científicos han explicado los terribles casos de combustión espontánea de las personas

El tema de la combustión espontánea fue particularmente popular en Inglaterra en el siglo XIX. El clásico de la literatura británica Charles Dickens describió un caso similar en la novela "Bleak House", publicada en 1853. En la novela, un héroe llamado Crook, que era alcohólico, estalló y se quemó hasta los cimientos.

Aparte de la explicación mística, ha habido otros intentos de fundamentar el fenómeno desde el punto de vista de la ciencia. Una de las hipótesis era que los gases intestinales eran los culpables de todo. Sus partidarios creían que si había suficientes, una chispa era suficiente para causar un brote. También se culpó a la obesidad — fue la grasa la que se incendió en esta versión.

Los científicos han explicado los terribles casos de combustión espontánea de las personas

Un patólogo de la Universidad Australiana de Adelaida, Roger Bayard, confía en haber encontrado la explicación correcta. El científico analizó las descripciones de los restos de personas que murieron debido a un incendio inexplicable y encontró características comunes entre todos. Resulta que solo el torso humano y su cabeza sufren el misterioso fuego. El torso se quema por completo, al igual que el cráneo. Al mismo tiempo, los brazos y las piernas permanecen casi intactos por la llama.

Sorprendentemente, en la mayoría de los casos, el fuego afectó muy poco al mobiliario. A veces, incluso la silla en la que se quemó su desafortunado dueño permaneció intacta. Bayard afirma que todo parece muy espeluznante y extraño, sin embargo, no hay nada espontáneo y aún más místico en ello.

El patólogo afirma que en todos los casos que pudo estudiar, apareció la fuente de una llama abierta. Se trataba de pipas para fumar, cigarrillos, lámparas o chimeneas. Bayard culpa de todo al conocido "efecto mecha". Este es un fenómeno que hace que el cuerpo humano arda como una vela en ciertas circunstancias.

Los científicos han explicado los terribles casos de combustión espontánea de las personas

En 1998, científicos británicos realizaron un experimento con un cadáver de cerdo. El animal muerto fue envuelto en mantas y luego se le prendió fuego. Cuando las cosas se quemaron, resultó que el cadáver debajo de ellas estaba muy carbonizado. Pero el fuego dañó bastante las extremidades. El análisis mostró que el tejido adiposo jugó un papel clave en este caso.

Roger Bayard dijo a la prensa que la grasa humana puede actuar como combustible. Esto significa que el propio cuerpo es capaz de mantener el fuego, sin interferencias externas. Al mismo tiempo, la ropa o la ropa de cama actúan como una mecha en una vela. El científico sugirió que las personas beban alcohol y lo derramen accidentalmente sobre sí mismas. Después de eso, la tela empapada en alcohol se ilumina desde una fuente externa.

Los científicos han explicado los terribles casos de combustión espontánea de las personas

La grasa sostiene la llama, pero no en todas partes. Por lo general, hay menos grasa en los brazos y las piernas de una persona que en el cuerpo mismo. Debido a esto, no se queman y permanecen intactos. Además, no siempre hay suficiente combustible para prender fuego a las cosas. Hasta ahora, la explicación de Roger Bayard se considera la más sólida científicamente de todas las propuestas en varios siglos.

     

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