Los científicos han dividido a los amantes del porno en tres grupos, y solo uno de ellos es "saludable"
Aunque consideramos que la pornografía es algo tabú e indecente, no tiene sentido negar su influencia en la sociedad moderna. Y dado que este fenómeno es importante, no es sorprendente que los científicos hayan comenzado a estudiarlo. Ya se han realizado muchos estudios e incluso se ha identificado una nueva enfermedad: la adicción a la pornografía. Y recientemente, la psicología ha dividido a todos los fanáticos de" fresa "en tres grupos, de los cuales solo uno incluye personas" saludables".
Científicos de la Universidad Canadiense de Laval decidieron estudiar en detalle a los conocedores del género adulto. Analizaron los datos de 850 encuestados de diferentes géneros y edades, sometiéndolos a pruebas y análisis psicológicos. Como resultado, todos los fanáticos del contenido picante se dividieron en tres grupos.
Los llamaron así: "fuerzas restauradoras", "experimentando una atracción irresistible"y" en riesgo". No suena muy claro, pero lo explicaremos todo ahora. El primer grupo de" recuperación " incluía a aquellos que ven porno con beneficios. Con la ayuda de un video para adultos, recuperan su fuerza, pero no están obsesionados en absoluto con él.
Estas personas ven porno regularmente, pero al mismo tiempo viven una vida sexual regular y están completamente satisfechas con ella. El 75,5% de esos hombres y mujeres participaron en el estudio. Los psicólogos atribuyeron a estas personas a un grupo saludable, cuya psique no está en peligro.
El segundo grupo," experimentando una atracción irresistible", es el 12,7 por ciento de los encuestados. Estas son personas que no están satisfechas con su vida sexual. Ven porno a menudo y mucho, reemplazándolos con una vida sexual normal. Muchas de estas personas se caracterizan por evitar temas de sexo en la comunicación. Parecen tener miedo de que alguien se dé cuenta de su pasatiempo.
"En riesgo" es el 11,8 por ciento de los encuestados. Estas son personas que no tienen parejas sexuales y no muestran interés en las relaciones reales. La pornografía reemplaza todo para ellos y esto ya es una manifestación de la enfermedad. Estas personas tienen un grave riesgo de convertirse en enfermos mentales de pleno derecho, que se vuelven en temas sexuales. Afortunadamente, aquellos que caen en esta categoría son tratados con éxito en estos días y regresan a la vida normal. ¡Pero es mejor no empujarte al extremo!