Los arqueólogos han revelado a qué sabía el vino de los antiguos romanos.

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El vino es una de las bebidas más antiguas. En muchas civilizaciones jugó un papel importante en la cultura, el comercio, la vida social y religiosa. En la Antigua Roma, el vino también era tratado con especial respeto, como lo demuestran numerosos artefactos y fuentes escritas. Pero, ¿a qué sabían los vinos populares entre los romanos? Los arqueólogos conocen la respuesta a esta pregunta.

Los arqueólogos han revelado a qué sabía el vino de los antiguos romanos.

Científicos de Polonia y Bélgica realizaron una extensa investigación y pudieron estudiar los vinos de la Antigua Roma. Aprendieron no sólo el sabor, sino también el color, aroma y textura de la bebida. Los arqueólogos publicaron los resultados de su trabajo en la revista Antiquity. El secreto de las propiedades del vino romano residía en vasijas cónicas especiales hechas de arcilla - doli, de dolium - jarra de arcilla. Los enólogos georgianos todavía utilizan recipientes similares, qvevri.

Los arqueólogos han revelado a qué sabía el vino de los antiguos romanos.

Los enólogos de Roma, al igual que sus homólogos georgianos modernos, enterraban las acciones en el suelo y las sellaban herméticamente. Las paredes de arcilla de las vasijas eran porosas y su interior estaba recubierto de resina de pino. En Georgia se utiliza cera de abejas para estos fines. En contenedores aislados del entorno exterior se formó un ambiente único en el que maduraron los vinos de Roma con sus especiales propiedades.

Los arqueólogos han revelado a qué sabía el vino de los antiguos romanos.

Los investigadores creen que el vino en la antigua Roma era bastante espeso y de sabor ácido. Esto sucedió debido a la gran cantidad de taninos y hollejos de uva. El aroma de diferentes vinos puede contener notas de frutos secos, manzanas y albaricoques, además de pan tostado y almendras.

Había gourmets especiales que querían darle a la bebida un sabor inusual. Al vino le añadían pétalos de rosa y violeta, hojas de aloe, bayas de mirto e incluso pimienta. En total, en Roma se demandaban más de 185 variedades de vino. Muchos de ellos fueron producidos en diferentes partes del imperio, pero también los hubo importados, traídos de otros estados.

Los arqueólogos han revelado a qué sabía el vino de los antiguos romanos.

Hoy dividimos los vinos en blancos, tintos y rosados. Pero los antiguos enólogos no conocían tal clasificación. El color del producto estaba determinado por los hollejos de la uva, por lo que el vino podía ser blanco, dorado, ámbar, marrón, rojo, negro. Las principales características de los vinos de Roma eran el sabor y la fuerza.

     

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