La historia del "hombre pony" de Robert Huddleston
Hace apenas cien años, era increíblemente difícil para una persona con discapacidad física encontrarse a sí misma en la vida. Las personas discapacitadas podían confiar en sus seres queridos, que no siempre estaban listos para alimentarlos, darles agua y vestirlos, o en el trabajo en el circo. Muy a menudo sus vidas terminaron temprana y trágicamente. Pero también hubo excepciones. "Pony Man" Robert Huddleston vivió una vida larga y, según él, feliz.
Robert Huddleston nació en Missouri en 1895 en una familia de granjeros. Tenía un defecto congénito en las articulaciones de la rodilla y el codo: estaban girados hacia afuera. Además, las piernas de Robert eran muy cortas. Debido a su enfermedad, solo podía caminar a cuatro patas. A pesar de esto, Huddleston trató de llevar una vida normal: jugó con niños, aprendió a nadar y ayudó a sus padres con el trabajo duro de la granja.
Al principio, Robert realizaba tareas domésticas sencillas. Pero cuando creció, se involucró en un trabajo serio. Ordeñaba vacas, ayudaba a su padre en el aserradero y en invierno se enganchaba a un trineo y transportaba troncos de árboles del bosque a la finca. Estas cargas lo hicieron increíblemente fuerte y resistente. Los vecinos llamaron a Huddleston "hombre pony", pero no se ofendió. En general, Robert era una persona positiva y muy amigable.
Una vez, cuando Robert y su padre estaban en su negocio agrícola en la feria, Tom Mix, el dueño de la tienda de campaña, notó a un tipo inusual. Tenía una comparsa propia de la época, que además de entrenadores, payasos y acróbatas, incluía gente con todo tipo de anomalías físicas. Mix sugirió que Robert se probara a sí mismo como artista y él estuvo de acuerdo.
Por primera vez Huddleston actuó ante el público en el carnaval de Texas. Demostró milagros de fuerza, flexibilidad y resistencia, sazonado con un maravilloso sentido del humor. El público quedó fascinado con el "hombre pony" y lo llamó para un bis. Así comenzó la larga y fructífera carrera de Robert en el circo. Con los actores de Tom Mix, viajó por todo Estados Unidos, realizó giras por Canadá y México.
En sus discursos, Huddleston trató de ser original. No quería ser percibido simplemente como una curiosidad. Al artista se le ocurrieron nuevos trucos, realizó números complejos con otros artistas y bromeó constantemente con la audiencia. Su número de firma fue arrojar sus piernas sobre su hombro, lo que divirtió mucho a la audiencia. Robert trabajó en el circo durante 36 años y durante este tiempo hizo buenos ahorros.
Robert Huddleston amaba a la gente y ellos también lo amaban. Era optimista y no se acomplejaba en absoluto por sus defectos. Nunca tuvo familia, pero siempre había amigos alrededor, y su trabajo favorito no lo dejaba aburrir. En una entrevista, el estadounidense siempre dijo que estaba completamente feliz y satisfecho con la vida. Robert Huddleston murió a la edad de 75 años, poco después de terminar su carrera circense.
Pero las historias de artistas de espectáculos raros rara vez tienen finales felices. Un ejemplo es la trágica historia de la "hermana hada" Lucía Zárate.