La bloguera de Instagram quería crear la ilusión de una vida glamorosa en la red social y se empantanó en deudas
Cuando miras las fotos de algunos (incluso muchos) usuarios de Instagram, piensas que su vida es hermosa: restaurantes caros, viajes, ropa hermosa. Pero resulta que, de hecho, no todo es tan sencillo como en la imagen de las redes sociales. La bloguera estadounidense de Instagram Lissette Calveiro contó una historia sobre cómo se endeudó mucho para tomar fotos glamorosas para las redes sociales.
Todo comenzó cuando Lissette se mudó de Miami a Nueva York para entrenar. Según la niña, se sentía como en la película "Sex and the City" y quería mostrar a sus seguidores de Instagram su nueva vida glamorosa. Gastó todos sus ahorros en ir a un restaurante con amigos y de compras para crear la ilusión de una vida elegante.
El problema era que la tarifa de la pasantía solo era suficiente para viajar, y Lissette tuvo que conseguir un trabajo a tiempo parcial en la tienda. Pero aún así tuvo que ahorrar en cada pequeña cosa para complacer a los suscriptores con una vida hermosa. En pocos meses, la deuda ha crecido a $ 10,000.
La niña tuvo que mudarse con sus padres en Miami y conseguir un trabajo de tiempo completo. Y Lissette seguía gastando. Cada mes gastaba 200 dólares en compras para no ser fotografiada con la misma ropa. Una vez al mes intentaba comprar algún accesorio de diseñador, por ejemplo, un bolso de Louis Vuitton por valor de 1.000 dólares. Bueno, ¿qué blogger de Instagram puede hacer sin viajar? Cada mes, Lissette iba a un lugar nuevo: Las Vegas, las Bahamas, Los Ángeles, todo por el bien de las bellas imágenes. En 2016, dio $700 por un boleto a Austin para ir a un concierto de la cantante Sia.
La situación cambió a finales de 2016. A Lissette le ofrecieron un trabajo en Nueva York, y la niña se dio cuenta de que necesitaba apretarse el cinturón. La glamorosa imagen en Instagram tenía que estar terminada, de lo contrario, simplemente no le quedaría dinero para alquilar un apartamento. La niña incluso contrató a un entrenador financiero que la ayudó a aprender a administrar el dinero y pagar las deudas.
Por supuesto, es difícil desprenderse de los viejos hábitos. Pero Lissette encontró una salida. Ella todavía dirige Instagram, pero ahora no gasta sumas fabulosas en ropa nueva, sino que la alquila.
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