Ida es un campo de refugiados en Sudán del Sur.
En un vasto páramo a unos 28 kilómetros al sur de la disputada frontera entre Sudán y Sudán del Sur, hay un enorme campamento para refugiados que huyen de la agresión en el norte de Sudán. Desde el aire, este campamento llamado Ida parece casi perfecto: una extensión africana de asentamientos de cabañas con techo de paja, vegetación verde densa y parches secos de tierra color óxido. Hace dos años era un pequeño pueblo de 400 personas. Las paredes de color azul brillante de la antigua aldea, la única estructura permanente en el campo de refugiados improvisado, todavía se pueden ver si se mira de cerca. Hoy en día, más de 70.000 sudaneses viven en el campamento, y cada día hasta 330 nuevos refugiados cruzan la frontera del recién independizado Sudán del Sur.
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1. Para la mayoría de los refugiados, el viaje a Ida toma de 3 a 12 días. En el camino, a menudo se quedan sin comida ni agua, y dicen que sobrevivieron comiendo la corteza o las hojas de los árboles y apagando su sed con agua sucia de pantanos o ríos. Muchos tienen casos complicados de diarrea, malaria y desnutrición.
2. Los refugiados proceden principalmente de las montañas de Nuba, donde los enfrentamientos entre el ejército sudanés y el Movimiento de Liberación del Pueblo del Sudán septentrional obligaron a miles de residentes de Kordofán del Sur a cruzar la frontera y llegar al campamento de Ida.
3. Ataques similares contra la población de la región del Nilo Azul han obligado a más de 113.000 personas a abandonar sus hogares y trasladarse a campos de refugiados a lo largo del Alto Nilo. Las condiciones en el campamento dejan mucho que desear.
4. Aquí reinan la violencia doméstica y la explotación sexual de mujeres y niñas.
5. Hay alrededor de 7.000 niños en edad escolar en el campamento, pero, por supuesto, no reciben educación.
6. Muchos no tienen suficiente ropa de cama: la mayoría de los refugiados duermen en las ramas de los árboles, cubiertos con lonas o simplemente en el suelo.
7. La comida es suficiente para no morir, pero no para comer adecuadamente.
8. Aunque muchas organizaciones benéficas trabajan en beneficio de estos campamentos, la tasa de mortalidad infantil aquí, lamentablemente, sigue siendo demasiado alta.
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