Héroe olvidado: Migrante ilegal que salvó a dos niños de un incendio se enfrenta a la deportación de Francia
Ya le hemos contado cómo un migrante ilegal de Malí se convirtió en un héroe de Francia. Mamoud Gassam, de 22 años, salvó a un niño, recibió un premio por valentía de manos del presidente, así como ciudadanía y trabajo. En 2015, una historia similar sucedió en Francia: Ayman Latrou de Túnez rescató a dos niños de un incendio, solo que no se reunió con el presidente y no se le ofreció la ciudadanía. Y en general quieren deportar del país. Estos son los dobles raseros.
La historia de Ayman Latrou, de 25 años, un migrante ilegal de Túnez, es al mismo tiempo similar a la historia de "Spider-Man from Mali" y muy diferente de ella. Después de todo, hace tres años, Ayman también se convirtió en un héroe cuando salvó a dos niños de un incendio, solo que no se le otorgó la ciudadanía, y ahora quieren deportarlo por completo.
En la noche del 10 de abril de 2015, Ayman caminaba con dos amigos cuando escuchó a una mujer gritar: "¡Mis hijos! ¡Mis hijos están ahí!"Un apartamento en el segundo piso de una casa en el área de Val d'Oise se vio envuelto en un incendio. Sin pensarlo dos veces, tres amigos irrumpieron en el apartamento, donde encontraron a dos niños pequeños: uno de año y medio y el segundo de cuatro. Los niños lograron salir del fuego, después de lo cual los rescatistas se fueron.
Pero la madre de los niños rescatados decidió buscar a tres hombres para expresarles personalmente su gratitud. Y el alcalde de la ciudad entregó a los rescatistas medallas "Por Valentía".
El alcalde apeló a las más altas autoridades, dando fe de Ayman, pero la solicitud de ciudadanía fue rechazada. Tres años más tarde, a Ayman se le ordenó abandonar el país por completo.
Los medios comenzaron a discutir activamente dos historias diferentes sobre el rescate de niños y el destino de los valientes. Ayman comenzó a ser llamado un héroe olvidado. Como resultado, las autoridades cancelaron la orden de deportación. Pero el abogado de Ayman, Filipin Parastasti, dice que eso no es suficiente.