Hay casas en lo alto de las montañas de Bolivia que te harán creer en extraterrestres
A una altitud de 4000 metros sobre el nivel del mar, la ciudad de El Alto se encuentra en las montañas de Bolivia. En su mayoría de color rojo ocre, está lleno de miles de casas bajas de ladrillo, similares a cajas de cerillas, cuyas fachadas sin terminar y sin pintar bordean caminos polvorientos sin pavimentar. El paisaje es tan aburrido, monótono y deprimente que los lugareños han comenzado a animarlo con toques de color siempre que sea posible. Comenzaron a decorar sus casas, convirtiéndolas en estructuras con formas extrañas, más como viviendas alienígenas.
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Fuente: Planeta DivertidoA la cabeza de esta revolución arquitectónica de un pequeño pueblo se encuentra el arquitecto autodidacta Freddie Mamani Silvestre, cuyos edificios pretenciosos y llamativas combinaciones de colores se esfuerzan por capturar todo El Alto. Estos edificios se llaman "cholets", de la palabra" chalet "(chalet, casa grande) y" chola", una expresión que se llama a los indios Aymaras locales.
La ciudad de El Alto fue fundada hace más de cien años y originalmente era un barrio marginal en los suburbios de la capital boliviana, La Paz. Pero en los últimos años, el suburbio ha superado a La Paz y se ha convertido en la segunda ciudad más poblada del país después de Santa Cruz. Además, es una de las megaciudades más altas del mundo y la ciudad de más rápido crecimiento en América del Sur.
Los cambios comenzaron en 2005 con la llegada al poder del actual presidente de Bolivia, Evo Morales. El Presidente proviene del pueblo aymara, y su elección dio a los representantes más confianza en sí mismos. Dio a los grupos étnicos indios más autonomía política y apoyó su participación en actividades comerciales. Bajo el liderazgo de Morales, el número de ciudadanos que viven por debajo del umbral de pobreza ha disminuido en un tercio en los últimos diez años. Para 2012, alrededor de 1,2 millones de bolivianos se habían convertido en clase media. La arquitectura de Freddie Mamani Silvestre es un símbolo de nueva confianza en sí mismo y recuperación económica.
Algunos representantes de la tribu aymara han mejorado tanto su situación que pueden permitirse el lujo de construir su propio chalet. Las casas diseñadas y decoradas por Freddie Mamani Silvestre cuestan de 300 a 600 mil dólares, y algunas son aún más caras. Entre los ricos comerciantes de la tribu Aymara, las obras del arquitecto son un símbolo de alto estatus.
Freddie Mamani Silvestre ha logrado diseñar sesenta o setenta edificios en El Alto, y más de una docena de casas están en construcción. El arquitecto tiene planes ambiciosos: quiere diseñar plazas, paradas de autobús y bulevares.
Aunque los críticos lo regañan por sus colores brillantes y su diseño extravagante, llamándolo kitsch, otros lo comparan con Friedensreich Hundertwasser, un artista y arquitecto neozelandés de origen austriaco. Algunas personas creen que Mamani es capaz de hacer por El Alto lo que Antonio Gaudí hizo por Barcelona y Oscar Niemeyer por Brasilia: transformar por completo la forma y la estética de la ciudad.
El propio arquitecto está lleno de confianza en sus habilidades: "En 20 años, la mitad de las casas aquí se construirán con mi estilo."
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