Fugitivos del museo: retratos del Louvre y del Prado en la calle
El artista y director francés Julien de Casabianca dio una nueva interpretación a las obras maestras de la pintura, “soltándolas” en las calles de la ciudad. Un día, mientras paseaba por el Louvre, Julien de Casabianca se topó con el retrato de un desconocido pintado por Ingres. Julien tomó una fotografía del cuadro con su teléfono inteligente, imprimió la imagen y la pegó en una de las casas de París. Así nació el proyecto Paseos.
El arte callejero siempre ha sido una poderosa forma de expresión que llama la atención de los transeúntes sobre los paisajes urbanos. Pero ¿y si el arte callejero pudiera cerrar la brecha entre el arte clásico y la sociedad moderna?
Julien de Casabianca probó el graffiti por primera vez en 1982, cuando era un adolescente de un suburbio francés. Pero no fue hasta 2015 que esta chispa se reavivó en él, lo que llevó al artista a un camino creativo completamente nuevo. A Julien se le ocurrió la idea de sacar a la calle personajes de cuadros clásicos de prestigiosos museos.
La primera obra callejera del artista apareció después de que se inspiró en el retrato de un extraño hecho por Ingres, fotografió el cuadro con un teléfono inteligente, imprimió una imagen ampliada y la pegó en la pared exterior de una casa parisina.
Creado por el artista y director francés Julien de Casabianca, Outings es una combinación única de arte callejero y pinturas clásicas de museo. La idea principal del proyecto es “liberar” obras de arte olvidadas de los museos y trasladarlas a las murallas de la ciudad. El proyecto rápidamente llamó la atención y ahora cuenta con apoyo en más de 70 ciudades de todo el mundo.
La esencia de la participación en el proyecto es sencilla: cualquiera puede fotografiar un cuadro en un museo local, imprimir la imagen y pegarla en las calles de su ciudad, convirtiéndola en una especie de galería abierta. Este enfoque no sólo acerca el arte a las personas, sino que también reconsidera su papel en el espacio público, desdibujando los límites entre el arte clásico y el callejero.
El proyecto ha recibido el reconocimiento de numerosos museos, que invitan a Casabianca a colaborar para que su obra esté disponible al público en general en varias ciudades del mundo, como Londres, Nueva York, París y otras. En Outings, los retratos clásicos cobran vida en paredes de ladrillo y hormigón, creando interacciones visuales inesperadas entre el arte y la vida cotidiana de los ciudadanos.