Los edificios abandonados por la gente y cubiertos de pasado siempre atraen con su aura única, ya sea Francia, Rusia o cualquier otro país. Roman Robroek, holandés de 30 años, se especializa en fotografiar misteriosos lugares abandonados llenos de un sabor único.
Durante su carrera como fotógrafo, Roman ha visitado más de quinientos lugares abandonados. Recientemente, presentó al público una serie de imágenes de edificios abandonados en Francia. Trabajó en este proyecto durante cinco años y fotografió edificios de diversos propósitos, desde casas antiguas hasta iglesias y castillos.