El fotógrafo profesional sueco Erik Johansson, que vive y trabaja en Berlín, crea fotografías inusuales e interesantes, cuyo género es difícil de determinar. Algunos de ellos son más como obras de surrealistas, algunos demuestran la ilusión de la percepción visual, y otros son simplemente divertidos. El propio autor dice que no fija la realidad con una cámara, sino que fija sus ideas sobre esta realidad.