Tener una mascota es una experiencia especial que difícilmente se compara con nada. Nos aman con amor incondicional, nos rodean de atención, gracias a ellos vivimos más tiempo. ¿Qué tiene de extraño una mascota? Bien... Nada. De hecho, si alguien es extraño, es la gente.
La gente adora a sus mascotas, pero debemos admitir que a veces este amor va más allá de todos los límites. Por ejemplo, algunos propietarios le dan a sus mascotas un segundo nombre (o patronímico), organizan lujosas fiestas de cumpleaños para ellos y tejen suéteres navideños para que combinen con la ropa del resto de la familia.
Los animales son los que más valoran a nuestra empresa. Y los amamos porque, a cambio de estos placeres simples, nos permiten ser lo más extraños posible.