Antes de convertirnos en un famoso símbolo sexual llamado Marilyn Monroe, Norma Jean Doherty de 20 años y su amante, el fotógrafo Andre de Dienes, hemos llegado a la playa de Malibú. Allí, en las dunas de arena, la futura rubia y bomba sexual posó para una sesión de fotos.
Según André de Dienesa, tenía 20 años y nunca había experimentado el vértigo del éxito. Sin embargo, incluso entonces uno podía ver destellos de su esplendor, en su risa. El fotógrafo le pidió a la niña que posara y reaccionara instintivamente, sin pensar, a las palabras "felicidad", "sorpresa", "reflexión", "duda", "paz mental", "tristeza", "autoflagelación" y "muerte".
Cuando el fotógrafo pronunció la palabra "muerte", Norma tomó los bordes de su ropa oscura y se cubrió la cabeza. Para ella, la muerte era oscuridad, vacío. Luego Andre trató de obtener una reacción diferente de la futura actriz, explicando que la muerte puede ser un nuevo comienzo y esperanza. Norma se encogió de hombros y dijo que la muerte siempre significaría para ella solo un vacío negro, el fin de todo.