Ese es nuestro camino: el yoga de la cerveza conquista el mundo
No, tu vista no te falla, lees todo correctamente. Habiendo comenzado su marcha con el famoso festival Burning Man, famoso por su autoexpresión liberada, el yoga de la cerveza ha florecido en Alemania y Austria, en países donde vale la pena llevar la cerveza incluso a las clases para lograr la iluminación espiritual.
La instructora de yoga profesional Jula, que notó en su momento en el festival de Nevada a aquellos hippies que intentaban hacer los ejercicios habituales y al mismo tiempo no querían interrumpir la agradable diversión, creó y desarrolló la marca BierYoga. Según su concepto, el hedonismo de la cerveza, junto con la concentración que da el yoga, pueden complementarse perfectamente y dar, si no iluminación, al menos un gran descanso después de una semana de trabajo.
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Recientemente, beer yoga ha cruzado océanos y mares y ha aterrizado en Australia; desde enero, BierYoga impartirá clases en Sydney.
Probablemente, la gente de repente se dio cuenta de que la cerveza los ayudaría a superar su timidez antes de las clases grupales o la desconfianza en las prácticas orientales.
En el estudio de Berlín, una lección de una hora cuesta 5 euros.
Dos botellas de cerveza o chabola (una mezcla de cerveza común con jengibre o limonada) costarán otros 6 euros.
Nos gustó la idea, especialmente como una opción para pasar el tiempo un viernes por la noche. Porque bueno, ¿qué podría ser mejor que una botella de cerveza fría por la noche? Excepto el yoga.
Así que estamos deseando que BierYoga llegue a nosotros también.