El secreto de la sonrisa de Hollywood, o ¿Qué tiene de malo beber agua en Estados Unidos?

Una persona puede vivir sin comer durante varias semanas. Pero sin agua, sólo 3-4 días. Es en los países civilizados donde la calidad de este recurso vital está bajo estricto control. Antes de ingresar al sistema de suministro de agua, el agua se somete a una purificación mecánica y química. En Estados Unidos decidieron ir aún más lejos, haciendo que el agua no sólo sea segura, sino también saludable, enriqueciéndola aún más con determinadas sustancias.

El secreto de la sonrisa de Hollywood, o ¿Qué tiene de malo beber agua en Estados Unidos?

La primera preparación de agua del grifo en Estados Unidos se inició a principios del siglo XX. Se pasó por un sistema de filtrado y luego se desinfectó con cloruro de calcio. Este compuesto químico destruye eficazmente los microorganismos, pero no es muy beneficioso para la salud y le da al agua un sabor específico. A pesar de estas desventajas, durante muchas décadas ésta fue la única forma de preparar agua potable.

El secreto de la sonrisa de Hollywood, o ¿Qué tiene de malo beber agua en Estados Unidos?

En la década de 1940, se realizaron estudios en los Estados Unidos sobre los efectos del fluoruro en la salud dental. Los científicos han descubierto que las microdosis de flúor reducen significativamente el riesgo de caries, fortalecen el esmalte dental y favorecen la curación de las microfisuras. Después de numerosos experimentos, se decidió añadir pequeñas dosis de fluoruro al agua potable del suministro central de agua.

Debido a las formalidades, la introducción de esta práctica no comenzó hasta la década de 1960. Desde entonces, la fluoración del agua se ha convertido en la norma en todo Estados Unidos. El fluoruro no sólo tiene un efecto beneficioso sobre los dientes, sino que también mata las bacterias peligrosas para los humanos. Reemplaza con éxito al cloro, que todavía se utiliza para estos fines.

Hoy en día, el 75% de los estadounidenses beben agua con flúor a diario. El 25% restante utiliza fuentes naturales de agua dulce. Las encuestas periódicas muestran que la gran mayoría de los ciudadanos estadounidenses apoyan tal “modificación” del agua o se muestran indiferentes a ella.

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A lo largo de los años, han surgido muchas teorías sobre la adición de fluoruro al agua. Una de las más populares afirma que de esta manera las autoridades estadounidenses se ocupan de las personas de estratos sociales más bajos que no pueden permitirse un cuidado o tratamiento dental adecuado.

Algunos incluso afirman que el flúor en el agua es el secreto de la famosa sonrisa de Hollywood. Pero la mayoría de las veces los inmigrantes y los extranjeros creen esto. Los dientes blancos y rectos casi siempre son mérito no de un elemento químico, sino de los dentistas. También existen teorías de conspiración, entre las que se puede destacar la historia del lobby de las empresas químicas y del aluminio. Supuestamente, los industriales se benefician de la fluoración del agua, ya que para ello se utilizan los residuos de su producción.

Otra teoría afirma que agregar fluoruro al agua es parte de una agenda de élite para subyugar a la población común. Según esta versión, altas dosis de flúor causan demencia, y pequeñas cantidades añadidas al agua potable supuestamente suprimen la voluntad de las personas, haciéndolas más obedientes y apáticas.

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Los políticos se hacen eco activamente de los temores de los partidarios de estas teorías. En los discursos electorales de senadores e incluso presidentes, a menudo se hacen promesas de “hacer frente a la conspiración del fluoruro” y proteger los intereses de los estadounidenses comunes y corrientes. Sin embargo, como suele ocurrir, las cosas no van más allá de declaraciones ruidosas.

En los últimos años se ha reducido la dosis de fluoruro en el agua, de 1,2 mg/l a 0,5-0,7 mg/l. La razón no radica en temores de conspiración, sino en las recomendaciones de los científicos. Hoy en día, el flúor se encuentra en muchas pastas dentales, enjuagues bucales e incluso alimentos para bebés. Y un exceso de esta sustancia puede provocar fluorosis, una enfermedad que daña el esmalte dental.

¿Qué opinas sobre la fluoración del agua? ¿Crees que esta práctica es beneficiosa o hace más daño que bien? ¡Comparte tu opinión en los comentarios!

     

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