El plan chino de copiar la luna para iluminar las ciudades nocturnas
El hecho de que cualquier objeto hecho por el hombre se pueda forjar en China está fuera de toda duda. Pero la tecnología no se detiene, y el otro día funcionarios de los círculos científicos de la República de China dijeron que todo está listo en el país para hacer ... la Luna para 2020. El primer modelo de la luminaria nocturna será de baja potencia, con solo 16 millones de usuarios, pero es un mal comienzo, ¿no?
Fuente: Noticias de BitCryptoLa creación planificada de una Luna artificial fue anunciada el 10 de octubre por el Dr. Wu Chunfeng, jefe del Instituto de Investigación de Sistemas Microelectrónicos del Estado de ASTMSRI. El proyecto "Luna Artificial" se implementará para una ciudad: Chengdu. La metrópoli, que, por cierto, alberga el instituto de desarrolladores, es la quinta ciudad más grande de China y se encuentra en el noroeste del país.
El Dr. Wu Chunfeng dijo a la prensa que la nueva luminaria se creará para una iluminación adicional de la ciudad por la noche. No se revelaron todos los parámetros del desarrollo innovador, pero ya se sabe que una copia de la Luna será 8 veces más poderosa que la original, pero su luz solo será suficiente para una sección cuyo diámetro, según diversos pronósticos, es de 10 a 80 km.
Como cualquier invento ingenioso, una copia de la Luna también tenía detractores. Un grupo de activistas "verdes" declaró de inmediato que la luz artificial causaría graves interrupciones en los biorritmos de humanos y animales. Sin embargo, estos argumentos fueron refutados de inmediato por otro científico: Kang Weimin, quien dirige el Instituto de Óptica Aeroespacial de Harbin. Weimin aseguró a los escépticos que la Luna compacta sobre Chengdu dará una luz tenue y difusa que no puede dañar a los organismos vivos.
Como muchas otras ideas, este desarrollo fue tomado prestado por los chinos. Por primera vez, la idea de iluminar la ciudad con una luz nocturna personal surgió del artista francés Michel de Bruyne en 2010.Michel colgó una bola de espejos de 7,5 metros de diámetro en una grúa y, iluminándola con focos, sorprendió a los maltratados residentes de París con el espectáculo de la segunda Luna.
Pero en este caso, no fue más allá de una sola actuación y el espectáculo pronto fue olvidado.