La historia no conoce el modo subjuntivo. Y si lo supiera, sería posible probar muchas cosas interesantes. Por ejemplo, para comprobar cómo se verían las películas de culto si los personajes principales fueran interpretados por otros actores. Y mejor aún, poner a Quentin Tarantino en la silla de dirección del Titanic. En resumen, es una pena que la historia sea tan analfabeta. Solo hay una oportunidad de descubrir los planes originales de los cineastas con respecto a la apariencia de los personajes mirando el arte conceptual.
Maestro Yoda de la Guerra de las Galaxias.
Chewbacca es del mismo lugar.
Y Jabba el Hutt.
Buzz Lightyear de Toy Story.