Cómo el Fyre Festival se convirtió en el peor festival de música de la historia
Las entradas para el festival de música Fyre Festival cuestan varios miles de dólares. El evento prometía ser grandioso, pero algo salió mal. Los músicos no llegaron, no hubo alojamiento ni comida para los invitados. Además, salir de casa de este “festival de música moderna” resultó bastante difícil. ¿Por qué el festival, que tenía tantas esperanzas, se convirtió en el peor de la historia?
En diciembre de 2016, apareció en línea un anuncio del festival de música Fyre Festival. Se suponía que tendría lugar en una de las Bahamas en abril-mayo del mismo año. El evento fue promovido por populares modelos de Instagram, y entre los invitados de honor se encontraban las bandas Major Lazer y Blink-182. Los precios de las entradas no eran baratos, porque todo tenía que realizarse en uno de los complejos turísticos más caros del Caribe, en la isla de Exuma.
Para asistir a las vacaciones había que pagar entre 1.500 y 400.000 dólares. El billete más caro daba derecho a 8 huéspedes a alojarse en la villa Artist's House en una isla VIP separada. Planeaban alojar con ellos a uno de los músicos que participaban en el festival.
El encantador evento se desarrollaría en dos etapas, del 28 al 30 de abril y del 5 al 7 de mayo. Todas las entradas estaban agotadas y no había señales de problemas. La primera señal llegó justo antes de la salida. Justo un día antes del inicio del festival, los cabezas de cartel del festival, Blink-182, anunciaron que no asistirían. Los músicos fundamentaron su negativa diciendo que no confiaban en la preparación técnica de su actuación.
Después de esto, algunos invitados comenzaron a quejarse de que estaban atrapados en los aeropuertos de Miami y las Bahamas y no podían volar a la isla Exuma. Por alguna razón, los organizadores del Fyre Festival no respondieron sus llamadas y mensajes. Pero los que llegaron a tiempo al lugar no quedaron contentos. Su equipaje fue arrojado en un enorme contenedor de transporte. Para encontrar sus bolsos y maletas, muchos tuvieron que pasar varias horas buscando.
Las esperanzas de una buena alimentación tampoco estaban justificadas. En lugar de los mejores platos de restaurante prometidos en el anuncio, los invitados recibieron sándwiches de queso. Al final resultó que, la empresa de catering que fue contratada para atender el festival rescindió el contrato el 2 de abril. No hace falta decir que la vivienda tampoco estuvo a la altura de lo prometido. En lugar de cómodos bungalows, los visitantes del festival fueron alojados en tiendas de campaña para turistas. Algunos de ellos no estaban instalados correctamente y había colchones polvorientos en el suelo.
Un intento de queja fracasó. No había nadie en las cabinas marcadas como "Conserje" en los terrenos del campamento. Inmediatamente los invitados comenzaron a escuchar rumores de que los músicos podrían no venir. Sólo les tomó unas pocas horas a los visitantes del Festival Fyre darse cuenta de que era hora de abandonar la inhóspita isla tropical.
Una de las asistentes al festival dijo que planeaba buscar un hotel con un grupo de amigos. Pero no había habitaciones disponibles en ninguna parte, porque al mismo tiempo se estaba celebrando una regata en la isla. Los desafortunados viajeros lograron convencer al conductor de un autobús escolar local para que los llevara al aeropuerto. Allí, los amigos abordaron con éxito un avión con destino a Miami. Pero el vuelo sufría retrasos constantes y se pidió a los pasajeros que abandonaran el avión. Se trasladaron al sofocante edificio de la terminal aérea y empezaron a esperar noticias.
Pronto resultó que alguien había cerrado con llave la sala de espera. Las personas que estaban dentro se quedaron sin agua, comida ni aire fresco. Algunos incluso se desmayaron, incapaces de soportar las dificultades. Afortunadamente, el malentendido se resolvió rápidamente: se abrió la puerta y se llevó agua a la gente. Durante todo este tiempo, los invitados recibieron mensajes de los organizadores del Fyre Festival, indicando que el evento se posponía.
El Ministerio de Turismo de las Bahamas comenzó a recibir cientos de quejas de personas varadas en la isla. Pero los funcionarios sólo respondieron que no tenían nada que ver con el festival. El festival musical fue organizado por particulares y las autoridades no participaron en él. Cabe agregar que los organizadores del festival también se lavaron las manos y no hicieron nada.
Por ejemplo, el famoso rapero Ja Rule, que se posicionó como coorganizador del Festival Fyre, tuiteó que tenía el corazón roto. También dijo que “el festival no fue una estafa”, pero no sabe qué salió mal. En el sitio web oficial del evento apareció un anuncio de que por circunstancias ajenas a los organizadores no fue posible preparar la infraestructura.
Además, el recurso informó que el equipo de Fyre Festival se encuentra trabajando para organizar la salida de visitantes de la isla. Hasta donde sabemos, al final todos resolvieron este problema por su cuenta. Por cierto, en el sitio web del festival había un comunicado de los organizadores de que en caso de fuerza mayor no se devolverá el dinero de las entradas. Los acontecimientos que rodearon el Festival Fyre fueron tan escandalosos que en 2019 se realizaron dos documentales sobre el incidente.