Científicos alemanes han explicado por qué la cerveza nos ayuda a ser más felices
Sabemos que después de un par de vasos de cerveza, el mundo que nos rodea se vuelve mejor, las personas son más agradables y los problemas no parecen tan irresolubles. Por supuesto, atribuimos este efecto exclusivamente al alcohol contenido en la bebida de espuma. Pero los científicos de la Universidad de Erlangen-Nuremberg estudiaron la cerveza y el mecanismo de su efecto en los seres humanos e hicieron un descubrimiento importante. Resulta que el alcohol juega un papel secundario aquí, y una sustancia completamente diferente nos hace felices.
Después de un estudio exhaustivo de varias cervezas oscuras y claras, así como de estudiar numerosos análisis de sangre tomados de personas de diferentes géneros, edades y grados de intoxicación por cerveza, los investigadores descubrieron que la hordeína (Hordenina) es la culpable de todo.
Esta es una de las 13 mil sustancias que, como resultó, están contenidas en la cerveza ordinaria, pero actúa precisamente sobre el receptor de dopamina D2. Gracias a este efecto, nos visita esa sensación alegre y ligera que atribuimos exclusivamente al alcohol contenido en la cerveza.
La chordeína es un análogo de nuestra hormona joy dopamine, solo que está contenida en la malta de cebada. Por cierto, debido al hecho de que esta sustancia viene del exterior y gradualmente, llega al centro de recompensa en nuestro cerebro de una manera diferente. Debido a esto, actúa mucho mejor y durante más tiempo que la dopamina.
Así que ahora, después de beber una buena cerveza, debes entender que no te estás emborrachando, sino que simplemente te estás volviendo más feliz y todo va como debería, es decir, de acuerdo con las leyes de la ciencia. Me pregunto si la cerveza hecha por los finlandeses sobre excrementos de ganso tiene las mismas propiedades.
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